viernes, 12 de diciembre de 2014

Uy te salieron blanquitos, que suerte!!!

A propósito de un alboroto armado hace poco por un catálogo navideño de una conocida tienda por departamentos, en donde se presentaban personas de rasgos caucásicos, alejados totalmente de nuestra mestiza realidad, es que me puse a pensar en los comentarios de algunas personas, que cuando por el nacimiento primero de mi hija, se acercaban a felicitarme de una manera muy particular al verla me decían: "hay que linda, que blanquita te ha salido, que suerte!!!", dentro de mi una sonrisa nerviosa de estupefacción y horror ante tal comentario, "¿suerte?" me pregunto y la verdad no puedo encontrar una respuesta. 

Definitivamente ni mi esposa, ni mucho menos yo somos precisamente "blanquitos", imagino que por eso el comentario, pero "¿suerte?" y ¿que hubiese pasado si salía "oscurita"?, el comentario hubiese sido acaso, "pobrecita mira que negrita te salió" o algo así como "hay que pena, bien cholita la bebita". Ya ni mencionar el nacimiento del segundo quien al nacer era más colorado que un gringo, tanto que algunas miradas escépticas saltaban al ver a dos mestizos por sus cuatro costados llevando a un niño "tan coloradito".

Esos comentarios, obviamente no eran mal intencionados, sin embargo la carga racista es innegable, eso no es más que la evidencia de muchos años de acostumbrarnos a los comentarios resaltando lo blanco y lo extranjero, años de celebrar los "bromas" del tipo de "Ah, es que ya son más de las doce", o "Blanco que hace tal cosa.... Negro que hace tal cosa" por mencionar solo dos de los ya acostumbrados "chistes" que muy simplonamente algunos suelen soltar a diestra y siniestra.

Nos toca hacer un alto a todo esto, empezar de nuevo, que los niños no vean como normal el hecho de que se mal emplee la palabra serrano como si fuera un insulto y no lo que en realidad es, una alusión al lugar de origen de una persona, que se acostumbren a la idea de que negro no es insulto es un color, así como a la idea de que blanco no es sinónimo de bueno; en resumen, reforcemos en nuestros niños lo que ellos ya saben, que no hay personas de color, solamente hay personas, ellos lo saben, nos toca impedir que se contaminen con la basura de los adultos.

El cambio empieza por nosotros.

lunes, 1 de diciembre de 2014

"Alpinchista opinio"

En ocasiones escucho a personas quejarse por la decepción sufrida al darse cuenta de que la persona que ellos consideraban como sus amigos, les dieron la espalda en el momento en el que más los necesitaban, yo personalmente puedo decir con toda seguridad que estoy estoy exento de dicha decepción, pues por principio la decepción llega cuando las expectativas que se tenían acerca de una persona por ejemplo, no son satisfechas; se decir ingenuamente esperábamos lo mejor de la otra persona (en algunos casos incluso sin haber hecho las averiguaciones necesarias) y lo que recibimos fue lo peor.

Por otro lado, también estamos los que nos jactamos de que las expectativas que los demás puedan tener de nosotros, nos importa muy poco o nada; no vamos por ahí intentando congraciarnos con todo el mundo, tenemos claro de que no somos una "monedita de oro" para caerle bien a todos, en ultimadas cuentas no nos interesa caerle bien a nadie y el que se ofenda con ello pues que se ponga en la fila y espere su turno para ser enviado graciosamente a la mierda.

En ese sentido, nos suelen decir desde antipáticos hasta antisociales, yo prefiero usar un término que escuché por primera vez en la universidad, allá por el año 1999, yo prefiero considerarme un "Alpinchista". 

Aquí hagamos una pausa para aclarar el término y establecer algunas diferencias, "Alpinchista" dícese pues de aquel individuo al que todo "le llega", pero este a su vez tiene algunas sub categorías (mismas que abordaré en una posterior publicación), en mi muy particular caso, se trata del "Alpinchista opinio", este sujeto es aquel al que la opinión que se tenga sobre él, simplemente le llega al fondo de los bolsillos, no hace las cosas para caerle bien a los demás, las hace por que le apetece, por puro gusto o disgusto, él es feliz así y con eso le basta, aunque hay sin embargo una excepción a esta regla.

Estos seres además se caracterizan por tener muy pocos amigos, generalmente personas con características similares o tremendamente honestas, a las que no les afecta que les digan la verdad, de frente, sin anestesia, pero que también te dicen la verdad, pues por muy dura que sea, es la verdad y eso es irreemplazable.

La excepción a la regla es respecto a los pocos amigos, pues el "Alpinchista opinio" si pone atención cuando uno de esos seres en peligro de extinción les hace una observación, comentario o crítica sobre algo que estén haciendo o dejando de hacer. El "Alpinchista opinio" por el contrario, agradece sinceramente estos comentarios pues es consciente de la honestidad de dichas palabras, aunque en ocasiones ello represente reconocer que está equivocado.

Este "Alpinchista opinio" es finalmente un tipo que te manda al carajo con la misma facilidad con la que te dice que te quiere, y no le tiembla la voz en ninguno de los dos casos. Ahora pues, pónganse a buscar entre sus amigos, familiares y conocidos a estos especímenes, encontrarnos es muy fácil, solo busquen al tipo antipático.

Por ahí nos vemos, o quizá no.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Cuando la teoría no se ajusta a la realidad

Mucho se ha escrito sobre la teoría de la motivación, sobre cuales son los principales factores que ocasionan la tan temida desmotivación en las personas, esa desmotivación que lentifica el crecimiento de una organización, o en el peor de los casos va en contra, creando un ambiente tóxico en donde el desmotivado no sólo no está comprometido; ese es el mal menor, pues llega un punto en donde la desmotivación se empieza a extender a otros colaboradores y termina por crear una contracorriente, un "avance negativo". 

En este escenario los colaboradores no solo no aportan, si no que hacen lo posible por desprestigiar, entorpecer y sabotear todo intento de avance. Pero para que este tan temido (y muchas veces real) escenario se presente, tienen que haber ocurrido una serie de situaciones, que degeneraron en tal estado tóxico. 

En este punto empiezan los cuestionamientos como: ¿que tipo de motivación es la mejor, la intrínseca o la extrínseca?, ¿debo emplear "reforzadores" que estimulen a mis colaboradores? y si la respuesta es si, ¿que tipo de reforzadores usar?. Pero junto con estas y muchas otras dudas, empieza también la búsqueda de las ya conocidas "recetas mágicas", empiezan a buscar al que se llevó el queso y a preguntarle al líder que camino siguió, se recurren a los autodenominados "gurús" que con sus "recetas para toda ocasión" intentan dar explicación de por qué la empresa está como está, por qué la gente se va, etc, etc, etc.

Todo esto se podría evitar si lejos de pretender aplica una plantilla, un modelo que difícilmente se ajusta a la realidad de nuestra organización, nos dedicamos a escuchar a nuestra gente, mirarlos a la cara y saber cuales son las dificultades con las que día a día tienen que lidiar, salir al campo, sacarse la corbata, remangarse la camisa y ver la empresa desde sus ojos, no desde el informe que pone en mi escritorio el "sabelotodo" que no conoce a mi gente o que hace un diagnóstico desde su oficina con el libro de moda bajo el brazo.

Está demostrado hasta el hartazgo que la teoría no es más que una herramienta que nos puede ayudar a entender determinadas situaciones del contexto, pero que bajo ninguna circunstancia nos debe significar un obstáculo que no nos permita ver qué es lo que realmente está pasando en nuestra empresa.

Buscar a un consultor no debe ser sólo para cumplir con una formalidad, recurrir a un consultor debe ser la búsqueda del socio estratégico que necesitamos para que nos ayude a acercarnos a nuestra gente; solamente así, el recurrir a un consultor será efectivamente una inversión y no un gasto que lejos de aportar, puede incrementar los problemas de nuestra empresa.

martes, 4 de noviembre de 2014

Desvaríos de un insomne desconsolado

Todos duermen, bueno, casi todos, pues esta es la décima noche que pasada la media noche sigo despierto, no por propia voluntad, ni por algún trabajo inconcluso,tampoco por que me esté dando una borrachera de las buenas, no simplemente no me es posible conciliar el sueño, el insomnio se apoderó de mí hace ya diez noches y me ha mantenido despierto hasta pasadas las cuatro de la mañana, a una hora de que tenga que levantarme a darle el biberón a mi hija y por lo tanto empezar las actividades diarias.

He tratado ya de todo, o al menos casi de todo, hagamos un repaso de los intentos fallidos por conciliar el sueño; infusiones calientes, una copa de vino, leche tibia, leer un libro, ver películas aburridas, quedarme en la total oscuridad, escuchar música, salir a caminar, he llegado al extremo de ponerme a ver RBC, si lo sé, pero mi desesperación por no poder dormir me llevó a tal extremo y nada, no funcionó.

En esta, la décima noche sin poder dormir y luego de haber probado las posibles soluciones ya mencionadas y algunas otras más, sin ningún resultado, me pregunto si quizá he estado buscando la solución al insomnio en el campo correcto, quizá he estado equívocamente, tratando de solucionar un problema cuando en realidad el insomnio no es más que el síntoma de un problema, quizá no puedo dormir por alguna otra causa que va más allá de la simple imposibilidad de cerrar los ojos encontrarme con Morfeo.

He aquí que empieza el proceso de introspección, empieza el auto análisis para encontrar la verdadera causa del insomnio, y es así que surgen otras muchas preguntas con respecto a una serie de situaciones que a diario vemos como problemas, cuando en realidad no son más que la consecuencia o síntoma de algo que no se ve a simple vista, de algo que está tan profundamente oculto en nuestro inconsciente que es muy fácil pasar por alto o confundir con alguna otra cosa.

Tal cual pasa en las relaciones, por ejemplo de pareja, muchas veces discutimos con nuestras parejas, peleamos constantemente, los reclamos van y vienen, las agresiones están a la orden del día y se llega a un punto en el que ya no se sabe bien cuando, ni porqué empezó la pelea, sólo se sabe que están discutiendo y asumen que es por la culpa del otro, porque no me comprende, porque no me escucha, porque siempre me da la contra, o alguna otra excusa, pues seguramente excusas nunca faltan y más bien siempre sobran, siempre tenemos un "As" bajo la manga para culpar al otro y encontrar la forma de decirle a tu pareja "ya vez que yo tenía razón".

Pero cuando uno de los dos (o ambos en el mejor de los casos), para a tomar un poco de aire y decide encontrar el fondo real del problema, salen a la luz algunas sorpresas que no todos estamos dispuestos a aceptar, pues implica tomar consciencia de lo que nosotros mismos estamos haciendo mal y eso es muy complicado, cuando no imposible en algunos casos, aceptar nuestros propios errores o nuestras propias carencias.

En fin, la tarea está planteada, buscar la alternativa a mi insomnio y de paso seguir elaborando teorías sobre las relaciones de las personas, total, si no puedo dormir hay que ver la manera de hacer productivo este involuntario estado de vigilia. Ya les contaré como me fue en mi próximo post, mismo que espero hacerlo de día y no durante la madrugada.

lunes, 27 de octubre de 2014

De fútbol, mafiosos y otros detalles

Hoy me dio por escribir de fútbol, lo más importante de las cosas menos importantes de la vida, o algo así, no como experto, tampoco como conocedor involucrado en el tema, ni siquiera como hincha, simplemente como un ciudadano más que ve como el sujeto llamado Manuel Burga, hace y deshace con impunidad, amprado por la protección de la “todopoderosa” mafia llamada FIFA.

El tipo es uno de los más grandes mafiosos del Perú, qué duda cabe, hasta ahora es un intocable, pues el gran poder de la FIFA lo protege, esa misma mafia que en el último mundial de fútbol se zurró en la ley Brasilera que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas en los estadios y metió a su socio en el delito (HEINEKEN) por los palos. El argumento para la impunidad de este sujeto es que el Perú quede excluido de los mundiales, pero ¿hace cuantos años que no vamos a un mundial?, acaso algún equipo peruano (club "profesional") tiene la menor oportunidad de siquiera hacer un partido decoroso (ya no digamos ganarle) a un club como el Real Madrid, el Barcelona o el Atlético de Madrid, solo por mencionar 3 clubes, que decir de un Manchester United, un Chelsea, un Bayer de Munich.

Nuestro decrépito fútbol está a años luz de distancia de equipos como ese, nuestra selección está igualmente en desventaja, pero ya no tomando como referencia las grandes selecciones de siempre como Inglaterra, Alemania, Holanda o más acá Brasil, Argentina y Uruguay; no, me refiero a selecciones como Chile, la cual nos ha sacado una ventaja abismal (le duela a quien le duela) y hoy por hoy el fútbol Chileno es muy superior, si muy superior al Peruano.

Antaño selecciones como Venezuela, selección a la que mis recuerdos de niño hace referencia a una selección formada por los Venezolanos que eran malos en otros deportes y ante eso los ponían a jugar fútbol, eran selecciones a las que ya se sabía que les ganábamos la duda era por cuanto; ahora la selección de Venezuela en un día cualquiera, nos agarra y nos mete 3 goles y a llorar al río, porque sin ser una potencia en fútbol (aún) ya los partidos con Venezuela hay que jugarlos, ya no es un partido ganado A Priori.

De un tiempo a esta parte, lo único que nos “salva” de ser últimos en Sudamérica son nuestros también alicaídos hermanos Bolivianos, esos que sólo ganan en La Paz, allá arriba en donde hasta al cóndor le da soroche, pero si las cosas siguen como hasta ahora, muy pronto le quitamos ese nada querido último lugar.

Todo esto me lleva a pensar, ¿cuáles serían realmente la consecuencias de sacarlos a Burga y mandarlo a su casa, o mejor aún abrirle investigación y de ser encontrado culpable de algún delito meterlo preso?, en la práctica ¿hay alguna diferencia?, es que acaso ¿ya no estamos fuera de los mundiales y cuanto evento futbolístico internacional hay?

Bueno eso se lo dejo a quienes si saben del tema, pero fuera de los papelones que todos los equipos peruanos hacen cada vez que juegan algún torneo, creo que no hay diferencia.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Licencia para robar

En los últimos días he sido testigo de la exacerbación de la indiferencia, la apatía en su más espeluznante faceta, lo cual me ha generado un fuerte sentimiento de desesperanza y frustración, pues he sido testigo de cómo personas aparentemente inteligentes y con un mínimo de discernimiento han optado y defendido una opción que francamente habla muy mal de los Limeños, la opción del candidato que "roba pero hace obras". Somos un pueblo que con nuestro voto le hemos dado carta libre a un corrupto para que robe y haga de las suyas, siempre y cuando haga obras.

Esta decadencia de los valores me aterra, luego miro a mis vecinos y veo como sin el mayor reparo arrojan basura a las calles, se "mean" en donde pueden y luego se quejan de que las calles estén sucias; paran la combi en cualquier parte para subir o bajar, no respetan los semáforos (conductores y peatones incluidos) y luego lloriquean por el accidente, por los heridos o los muertos; se meten cada vez que pueden con tal de "sacarle la vuelta" al otro. Lo que es peor aún, salen de forma airada e indignadísimos "denunciando" que tal o cual autoridad está haciendo mal uso de un poder que ellos mismos le dieron con su voto.

Si pues, hay tanta hipocresía que no demoramos en culpar a las autoridades por nuestros problemas (no hay trabajo, hay delincuencia, mucha basura y una larga fila de etcéteras), pero nunca se detienen ni un minuto a pensar que si esa autoridad está dónde está, es gracias a que algunos pensaron que no importa que robe mientras haga obras, es gracias a la indiferencia, gracias a que los planes de trabajo son letra muerta en buena parte porque casi nadie se toma la molestia de primero leerlos para decidir por quien votar. Ya no hablemos de cerciorarse de que el candidato de su preferencia no tiene antecedentes por algún crimen, o peor aún que esté preso por corrupción u otros delitos.

Por momento me pongo a pensar con mucha envidia, en realidades distintas y distantes, en dónde los ciudadanos se hacen responsables por las autoridades que ellos eligen, en dónde un servidor público es efectivamente eso, una persona que sirve a los demás y que hace uso del poder que las personas le dan, para beneficiar a sus conciudadanos y no un mercenario que sonríe en época electoral, ofrece 500 soles para que voten por él, lleva panetones, turrones o lo que esté en temporada y que una vez electo se dedica a llenarse los bolsillos.

Esta campaña ha estado plagada de candidatos que hasta ofrecieron "no cobrar sueldo", me pregunto, ¿cómo piensa subsistir y mantener a su familia? es que ¿acaso ha encontrado una forma más lucrativa de conseguir dinero?, si pues, esa es la "variopinta" fauna política que tenemos, pero si la tenemos, es porque con nosotros mismos lo hemos permitido.

Veo todo esto y no puedo más que hacerme la misma pregunta que hacían en un antiguo programa de humor Mexicano ¿QUE NOS PASA?. 

jueves, 11 de septiembre de 2014

Daño colateral

Hoy por hoy, en nuestra saturada y congestionada Lima, cada vez que un alcalde decide que ya es tiempo de arreglar alguna pista (lo que siempre "coincide" con las elecciones), irremediablemente algún otro lugar de la ciudad queda hecho un desastre.
Esta vez no se trata de una reparación, o quizá si, pues se intenta reparar años de malos hábitos, décadas de caos y desorden, pues la llamada "cultura combi" (cortesía del nefasto gobierno de Alberto Fujimori dicho sea de paso) nos causó a los peruanos mucho más daño del que muchos suponen, esta vorágine en donde de lo que se trata es de sacar ventaja en cualquiera sea la situación, aun a costa del otro.
Es en este contexto que se implementa con muchas deficiencias el llamado Corredor Azul, en un intento de remediar el desastre de tantos años de combis, años de "pie derecho", años de "apuéguese" y toda esa variopinta fauna que acompaña a las ya mundialmente famosas "combis asesinas".
Este Corredor Azul que en principio es una buena y antigua idea (quienes tienen más de 30 años podrán recordar los Enatrus), aunque bastante mal implementada, con soluciones improvisadas y que no se ajustan a la realidad de una ciudad que tiene que re educarse en urbanidad, civismo y sobre todo respeto a los demás.
Este corredor Azul, ha ocasionado que muchas personas que antes utilizaban lo que ahora es el corredor vial Tacna, Garcilaso Arequipa, dejen de utilizarlo por no contar con la información suficiente o por cualquiera sea el motivo; pero por supuesto todas estas personas tienen que seguir movilizándose a sus centros de trabajo, escuelas, universidades, etc. y han optado por trasladarse en el ya bastante saturado Metropolitano, lo que ha generado una demanda que sobrepasa cualquier proyección o cálculo que se pudiera haber hecho, simplemente basta con darse una vuelta por la estación Naranjal (por mencionar un ejemplo) entre las seis y las siete de la mañana para darse cuenta que la capacidad de atención, tanto en personal como en infraestructura, ha sido excedida por mucho.

Yo soy un convencido de que por ningún motivo Lima debe volver al sistema de las combis, sin embargo, es necesario establecer estrategias adecuadas de implementación de un sistema que a todas luces es bueno, pero debe hacerse de forma correcta, de lo contrario se corre el riesgo de quedar como una mala idea hecha por personas que no tienen la menor idea de las necesidades de la ciudad y de sus habitantes.

Esperemos que esto prospere, pero sobre todo que el próximo alcalde (porque Villarán no vuelve a ser elegida y eso es un hecho) no retroceda y más bien subsane las muchas deficiencias que este sistema por su mala implementación presenta, pero que continúe con la reforma del transporte que ya se inició.






jueves, 4 de septiembre de 2014

Peruchos en el Corredor Azul

Ayer por primera vez utilicé el famoso y tan mentado "Corredor Azul", y para ser franco tuve sentimientos encontrados, por un lado la inmensa alegría de ver la av. Arequipa sin combis era por decir lo menos abrumadora, ver que la gente por fin se tomaba la "molestia" de subir y bajar de los buses en los paraderos establecidos (lo estoy escribiendo y aun así me parece extraño), que hacían colas de forma más o menos ordenada y que la contaminación auditiva se había reducido considerablemente al desterrar al menos de este punto de la ciudad a los impresentables cobradores que iban gritando a voz en cuello la ruta, pie derecho, apéguese!!!; pues todo eso se fue, simplemente ya no está. 

Sin embargo, y como no todo es color de rosa, se pudo ver gente absolutamente desorientada (incluyéndome) por la falta de información al respecto de las rutas y los paraderos, buses repletos de gente, que por un aterrador instante me recordaban a las combis pero en grande, madres con niños en brazos, señoras embarazadas y personas de la tercera edad que tenían que viajar paradas en parte por la indolencia de algunos que no son capaces de ceder el asiento y en parte también porque el bus estaba tan lleno que no había forma de avanzar a buscar un asiento.

El balance final para ser franco me parece positivo, sin embargo no se puede obviar que faltan muchas unidades, las que hay actualmente no alcanzan, el Perucho (dícese del peruano que arroja basura a la calle, se "zampa" en las colas, etc, etc, etc, en resumen, no respeta ni las leyes ni a sus semejantes), aun no está y creo que nunca lo estará, listo para este, ni ningún sistema que implique el respeto de las normas y las leyes; si no, como explicar que la gente se queje de que tiene que caminar cuatro cuadras y hacer colas de casi diez minutos mientras hacen felices una cola de más de 30 minutos en Mistura.

Si pues, así son los Peruchos, ojo, el Peruano NO es así, el Peruano respeta, quiere y cuida a su país, cumple las leyes y no utiliza "atajos" para evadir su responsabilidad, no mea en la calle, ni se caga en el otro, todo eso lo hace el Perucho y desde esta humilde trinchera, me encargaré de hacerles la guerra y combatir a esa lacra impresentable que nos desprestigia a los Peruanos.

sábado, 14 de junio de 2014

Reflexiones sobre el liderazgo - II

Ser líder nunca fue sencillo, hay muchos que lo han intentado y han fracasado estrepitosamente, por otro lado hay quienes sin proponérselo quizá, asumieron el liderazgo de un grupo, lo consolidaron como equipo y lograron resultados asombrosos.

Revisemos algunas características de estas personas.

1.  Se preocupa por formar líderes; tiene clara su responsabilidad frente a los demás, sabe que en cualquier momento él puede no estar presente pero siempre habrá quien pueda llenar sus zapatos, pues él ya se ha encargado de formar a quienes muestran condiciones para asumir mayores retos. Constantemente busca desarrollar al máximo las competencias de sus colaboradores, lo cual le represente la lealtad de su gente; un líder no es mezquino con el conocimiento porque no piensa “si le enseño mucho me puede quitar el puesto”.

2.    Predicando con el ejemplo; un líder sabe que la mejor manera de convencer a sus equipos de trabajo es a través del ejemplo, no duda en “quitarse la corbata” para mostrarle a la gente que lo que él dice se puede hacer, usualmente hacen el trabajo con la gente y no esperan que la gente haga el trabajo; esto le otorga autoridad ante su gente, quienes saben que pueden contar con una persona que no sólo manda, sino que estará cuando lo necesiten, además del hecho de ver que si les está pidiendo algo es porque esa persona sabe cómo hacerlo.

3.  Conoce a su gente; un líder lo es, en tanto conoce a la personas que lidera, sabe cuáles son sus fortalezas, cuáles sus aspectos de mejora, y sabe cuánto pedirles porque conoce sus competencias y potencialidades. Pero más aún, el líder conoce a las personas más allá del colaborador, se preocupa por conocer sus temores, sus motivaciones, sus sueños y los trata como personas; lo hace porque le nace, pero también porque sabe que sin su equipo, un líder no es más que un loco dando un paseo en el parque.

4.    Es honesto con su gente; dice las cosas de forma directa, abierta y franca; no se pierde en intrincados argumentos que lejos de aclarar las cosas, terminan confundiendo y creando incertidumbre en las personas, no tiene miedo a decir “no sé”, y su gente lo sabe, sabe que su líder no lo sabe todo; pero también saben, que hará hasta lo imposible por darles una respuesta que satisfaga su duda y aprenderá con ellos. Esto le da autoridad ante los demás, pues las personas no necesitan un “sabelotodo” (cosa que además es utópico, pues no hay nadie en este mundo que lo sepa todo), las personas necesitan alguien confiable, que aprenda y crezca con ellos y que sea transparente y honesto.

5. Sabe aprovechar las competencias y potencial de su gente; un líder tiene claro que todas las personas tenemos características y habilidades distintas, que no todos somos buenos en todo, que cada quien tiene un área en la cual destaca y que desempeñar quizá en un nivel muy superior al promedio, sabiendo esto es precisamente que ubica a cada persona en el puesto y con las funciones acordes a esa área de expertise; el líder sabe que poner a Messi en el arco es desperdiciar su talento y tarde o temprano lo perderá.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Reflexiones sobre el liderazgo - I

Existen diversos tipos de líderes, haya tantas definiciones de liderazgo que ya perdí la cuenta, sin contar los diversos estilos o tipos de liderazgo que se plantea; tenemos por ejemplo al líder catalizador, o al líder transformacional, para mencionar sólo dos de ellos.

Sin embargo, y al margen de las diferencias entre uno y otro, existen características comunes a todos ellos, a continuación les presentamos algunas de estas características:

1.    “Cataliza” no “Capitaliza”; es consciente de que los logros del equipo, son el fruto del trabajo de todo el equipo, no trata de figurar como el gran artífice de los resultados obtenidos, no es el director, productor, guionista, protagonista y extra de la película, da el reconocimiento al equipo o a la persona que consiguió el objetivo, “no se roba el show”, ni actúa como “la vedette”. Tiene perfectamente clara su función de facilitador, hace el trabajo con los demás y es el primero en reconocer el trabajo y el esfuerzo de su equipo.

2.    Asume su rol como líder de forma activa y responsable; el líder se ve a sí mismo como un agente de cambio, utiliza sus conocimientos y capacidades para estimular en sus trabajadores la automotivación que necesitan en el día a día; no impone sus ideas, expone sus argumentos y vende la idea a los demás, se esfuerza porque los trabajadores comprendan el porqué de lo que les dice, va más allá de decirle a la gente que tiene que hacer, les muestra por qué y para qué tienen que hacerlo. Lograr convencer a través de la razón y comprometer apelando a la emoción.

3.    Sabe que la comunicación asertiva y efectiva es básica; el líder tiene perfectamente claro que la comunicación no es la simple transferencia de información o dar un mensaje, establece código de comunicación con su gente en donde la alimentación y la retroalimentación es el pan nuestro de cada día. Se asegura de que la información llegue a su destino contextualizada, se asegura también de que los destinatarios del mensaje cuenten con los recursos necesarios para procesar la información y puedan tomar decisiones acertadas en base a la información brindada. En paralelo, se preocupa de que el mensaje llegue y se retransmita en fondo y forma adecuados, previniendo así cualquier interpretación errónea que pueda llevar a una cadena incontenible de eventos desafortunados.

4.    No se mete en el trabajo de los demás; si contratas un profesional para un labor específica, es por demás insensato y hasta ridículo, “meterse” en su trabajo, pretender enmendarle la plana y decirle cómo debe hacer su trabajo, el líder lo sabe, tiene claro que una cosa es supervisar y otra muy diferente meterte a hacer algo para lo cual contrataste a un profesional (con estudios y experiencia en el tema), finalmente si piensas que tú lo puedes hacer mejor, la pregunta se cae de madura ¿para qué contraste a alguien? Lo hubieras hecho tú mismo y te ahorrabas una buena cantidad de dinero.

5.    No busca culpables, busca soluciones; un líder enfrenta situaciones difíciles identificando el problema con claridad y planteando soluciones viables y con el menor impacto colateral, no busca culpables, un líder sabe que una “cacería de brujas” es una pérdida de tiempo, sin mencionar que crea inestabilidad entre los trabajadores. El líder entiende que de haber responsabilidades en un hecho ocurrido, estas se irán esclareciendo conforme se den las investigaciones; sin embargo, es consciente de que el principal y más importante activo de la empresa es su gente, sabe que una empresa sin la gente que la mueve, no es más que un edificio con muebles y equipos.

martes, 27 de mayo de 2014

El enemigo silencioso en la empresa

Hoy tocaremos dos aspectos importantes relación a la desmotivación, la productividad y la salud.

La Desmotivación es un factor determinante en la productividad de la empresa, un trabajador desmotivado pierde velocidad de reacción, su estado de ánimo lo convierte en un cuasi zombi que realiza su trabajo de forma mecánica, ya no encuentra sentido a lo que hace, su labor se convierte en una mera secuencia de acciones, que se repiten una tras otra sin ninguna razón de ser, se pierde de vista el objetivo de la función, entra en un estado de aletargamiento tal, que muchas veces termina el día y no se sabe a ciencia cierta cómo llegó la tan anhelada hora de salida, otras tantas por el contrario el día es odiosamente interminable y el final de la jornada se ve cada vez más lejano.

Por otro lado, el problema de la desmotivación no sólo afecta al trabajador en sus funciones, también lo afecta en su salud, una persona desmotivada es una persona deprimida, una persona deprimida es un sistema inmunológico deprimido y un sistema inmunológico deprimido es un campo fértil para cuantas enfermedades se les puedan ocurrir; esto significa que la probabilidad de ausentismo se incrementa y por consiguiente la operación se ve perjudicada.

Ahora bien, no se trata simplemente de decir “pero yo le pago bien a mi gente”, la desmotivación puede aparecer incluso en trabajadores que se encuentran “bien remunerados” con respecto al mercado, hay muchas otras necesidades que las personas tenemos, como la necesidad de reconocimiento, el ser reconocidos por nuestro trabajo, ese “simple” gesto a través del cual nos dicen gracias por hacer bien tu trabajo.

Existen muchas formas de combatir la desmotivación, pero todas pasan por una adecuada gestión de los líderes de la organización, son los líderes, tanto formales como informales los que con sus acciones y omisiones, impactan en el clima laboral de la empresa y en la motivación de sus trabajadores, “no basta con llamarlos colaboradores”, si no existe una política orientada a estimular al trabajador, cualquier intento aislado caerá en saco roto.

Esto se trata de líderes cuidando de su gente, se trata de una organización que sin caer en el error del paternalismo, se preocupa por su gente, por su seguridad y la de sus familias y le brinda la estabilidad emocional necesaria para que ese trabajador produzca cada vez más y mejor; pues finalmente, un trabajador feliz es un trabajador eficiente.

miércoles, 21 de mayo de 2014

10 Cualidades de un Anti-líder

Todo líder debe poseer y exhibir determinadas cualidades o competencias para poder ser considerado como tal, sin embargo existen algunas características que perfilan a quien las tiene como la antítesis del líder, revisemos algunas de ellas.

1. Habla mal de su equipo: existen personas que en el afán de justificar sus propias falencias a nivel de gestión, se ponen a la defensiva y culpan a los miembros de  su equipo, incluso llegando al extremo de afirmar que existe un “complot” en su contra, en criollo piensan todo el tiempo que les quieren “hacer la camita”.

2. Desconoce y desconfía de  las competencias de su equipo: en ocasiones vemos personas que aun cuando tienen profesionales competentes a su cargo, se inmiscuyen en el trabajo de estos, se dedican a decirles cómo deben hacer las cosas (cuando no es su área de expertise), no les permiten tomar decisiones, llegando incluso a hacer correcciones sobre algunas medidas adoptadas o decisiones tomadas, desautorizando a su equipo.

3. Se escuda en excusas, NO da soluciones: observamos a menudo a personas que toman como “defensa” una serie de argumentos que tienen como única finalidad la de “maquillar” errores, estos argumentos de defensa surgen ante supuestas agresiones o ataques, o simplemente cuando les piden explicaciones del por qué no se obtuvo tal o cual resultado, o por qué no se cumplió con tal o cual proceso.

4. Hace que las personas hagan el trabajo, no hace el trabajo con las personas: alguna vez escuché que cualquier pobre diablo con un poco de poder es capaz de dar órdenes, únicamente un líder es capaz de convencer y conmover; convence a través de la razón, conmueve por medio de la emoción, quienes no son capaces de hacer esto, se refugian en dar órdenes a diestra y siniestra, órdenes que en muchos casos son cumplidas por obligación y no por convicción.

5. Abusan del poder que se les otorga: estás personas a menudo adolecen de una autoestima sólida, que en muchos casos se ve reemplazada por un ego descomunal, que no es más que el reflejo de saberse incapaz, son los rezagos de un complejo de inferioridad atroz derivado en algunos casos de las “estrategias” usadas para ir escalando posiciones en la organización, se saben ineptos y abusan del poder mal habido para disimular su frustrante realidad.

6. Son incapaces de escuchar a los demás: esta incapacidad muchas veces se extiende no sólo a sus equipos de trabajo, quienes vendrían a ser sus clientes internos; tarde o temprano, esta incapacidad de escuchar se extiende a sus clientes externos, tomando decisiones sin considerar las preferencias ni las necesidades de sus clientes, arrastrando a su empresa (y a todo su personal con ella) a un fracaso de dimensiones colosales, pues quienes vivimos para servir, sabemos que el cliente es la razón de ser de la empresa.

7. Sanciona, no incentiva: ¿por qué tengo que premiarlos si ese es su trabajo? Es la pregunta con la que estas personas justifican el no reconocer los logros de su personal; sin embargo, cuando se trata de sancionar alguna falta u omisión lo hacen de la forma más dura posible, “para que los demás reciban el mensaje” suelen decir, implantan un régimen cuasi del terror, en donde los colaboradores se van a la primera oportunidad que tengan, y los que se quedan lo hacen porque no les queda otra opción.

8. No estimulan la capacitación: son incapaces de enseñar lo que saben, mantienen a su personal con los conocimientos mínimos necesarios para que puedan cumplir con sus funciones, en sus mentes estrechas estas personas están convencidas de que si su personal se capacita, tarde o temprano les quitarán el puesto, por lo tanto no sólo no forman a su personal, sino que hacen hasta lo imposible por que su personal no se capacite ni adquiera nuevos conocimientos.

9. Poseen una visión estrecha y mezquina de los negocios: estas personas se caracterizan por ser mezquinos (“angurrientos” en la jerga popular), buscan a como dé lugar la famosa y mal entendida “reducción de costos”, no entienden el concepto y lo emplean a menudo reduciendo personal y haciendo que los demás trabajen horas extras (sin reconocerlas), lo que finalmente deviene en el agotamiento mental y físico de su personal y la consecuente renuncia, elevando la rotación.

10. Voluble es su segundo nombre: un día te dicen “A”, al día siguiente te dicen “Z” y como se trata de personas que creen que su palabra es ley, no hay lugar a reclamo o argumentación que valga, su estado de ánimo del momento se impone sobre la razón, la lógica y el sentido común, creando un caos generalizado, pues la gente no sabe a qué atenerse, porque lo que hoy es una “verdad absoluta”, mañana ¿quién sabe?

viernes, 16 de mayo de 2014

Dónde estarás cuando tu sueño te alcance

Cuenta la historia que había una vez un hombre que tenía muchas ganas de salir adelante, él sabía que no quería trabajar todo su vida para alguien más, quería poner su propia empresa y tener algo propio para sí y su familia; cuanta también la historia que ese sueño se concretó y con el pasar de los años, se convirtió en un empresario exitoso, próspero y con una empresa que cada vez crecía más y más.

Pero un día (porque siempre llega “el día” en los cuentos) esa empresa empezó a tomar dimensiones insospechadas incluso para aquel hombre emprendedor; el éxito, que durante tantos años él había perseguido y durante algún tiempo le fue esquivo, finalmente lo alcanzó.

Pero al parecer, luego de tanto tiempo de estar tras ese éxito, en el camino este hombre emprendedor se olvidó de cuál era el verdadero significado del éxito, y empezó a tomar decisiones que distaban de quien era él inicialmente, se distanció de sus ideales, de sus metas personales, su sueño se convirtió en una pesadilla, en donde el éxito que tanto buscó finalmente lo empezó a devorar.

Y empezó a cometer errores, y se rodeó de las personas equivocadas, que lejos de ayudarlo a retornar al camino correcto, lo alejaban de él, lo empujaban a tomar decisiones que una tras otra no hacían más que golpear su cada vez más desmejorada empresa, en donde los trabajadores (como él alguna vez lo fue) se sentían desmotivados, eran infelices no con su trabajo, pero si con el trato que recibían de las personas que rodearon al protagonista de nuestra historia, quien ya totalmente fuera de su sueño inicial, se dedicó a no prestar atención a los gritos de ayuda que sus colaboradores y sus clientes daban.

Me gustaría terminar esta historia con un bonito y feliz final, en donde los malos asesores fueron retirados y finalmente la visión de nuestro protagonista se cumplió tal cual inicialmente era, pero todos sabemos cómo termina esta historia, con niveles escandalosos de rotación de personal, pésimo clima laboral, gastos exorbitantes en mecanismo de control, pues al no haber identificación con la empresa, muchos empiezan a “sacarle la vuelta” a la empresa, incumplimiento en los procedimientos más elementales, etc.

Más de uno seguramente ha sentido que alguna vez ha trabajado en una empresa así, o por lo menos sabe de alguien que si lo ha hecho; lamentablemente en estos casos, la realidad muchas veces supera de lejos cualquier relato de ficción.

martes, 13 de mayo de 2014

Los intocables puestos a disposición

Cuando de tomar decisiones se trata, existen personas que encuentran la manera de evadir la responsabilidad y desplazar el problema a otro lado, como si por alguna razón, no quisieran asumir su rol como líderes; pues finalmente, siempre es más “fácil” y más “cómodo” dejar que otro se haga responsable, “y si algo sale mal, uy sí, que pena, pero yo no fui.”

Una experiencia muy particular la tuve en una empresa en la cual cada vez que un trabajador no cumplía de forma reiterada con los procedimientos, no se adaptaba al trabajo o incluso si incurría en una falta grave, se le “ponía a disposición” del área de RRHH, es decir una completa y absoluta lavada de manos, nadie se hacía responsable por tomar una decisión y simplemente le lanzaban la pelota a RRHH, en donde si el trabajador tenía suerte, lo cambiaban de área o lugar de destaque y se acabó el problema, o mejor dicho, se trasladó el problema; pues en muchos casos la misma conducta no deseada, se repetía en el nuevo lugar de trabajo, siendo puesto una vez más “a disposición” de RRHH, en donde previa carta de compromiso, se volvía a trasladar el problema, y así por los siglos de los siglos, amén.

Averiguando un poco, me enteré de que no era con cualquiera, era con aquellos que de una u otra manera tenían un “padrino” dentro de la empresa, que bien podía ser algún conocido o amigo del dueño, la esposa o los hijos o incluso el mismo dueño, son los autodenominados “intocables”, aquellos que llaman al dueño por su nombre y se jactan de despechar con él directamente, y te muestran cada vez que pueden que dentro de sus contactos en su celular tienen su número personal y su correo personal “por si acaso”.

Ese es el momento incómodo en donde te das cuenta de que hagas lo que hagas, sea cual sea la gestión que hagas, sin en algún momento algo de lo que haces no le gusta a uno de estos individuos, corres el riesgo de que simplemente no te renueven el contrato y se acabó (lo cual en una empresa como la descrita, lejos de ser algo malo, resulta ser un gran favor). Finalmente nadie es "monedita de oro" para caerle bien a todo el mundo, y tarde o temprano terminas “tocando” a un “intocable” y como es de esperar, ahí mismo se acabó la función.

Este tipo de “políticas”, mantenidas obviamente con el conocimiento y consentimiento de los dueños, quienes a falta de una adecuada preparación, manejan su empresa como si fuera su “chacra”, finalmente es su empresa y cada quien tiene el derecho de hacer con sus cosas lo que mejor le parezca, aun cuando esto signifique hacer quebrar un empresa, con todas las consecuencias que ello acarrea.

viernes, 9 de mayo de 2014

De profesión... Maletero

Definitivamente hay gente que tiene un don especial, una habilidad extraordinaria, un ángel, un no sé qué para motivar a la gente, les basta con unas cuantas palabras y las personas reaccionan de forma inmediata (y en ocasiones con bastante euforia) y se motivan y se inspiran y todo. Esas personas logran encontrar siempre el lado positivo de las cosas, logran ver siempre lo bueno de la situación, ven el vaso medio lleno. Sin embargo, también están los otros, los aguafiestas, esos que cuando encuentran algo bueno, lo tocan y automáticamente se convierte en una pila de mierda, tienen un "ojo clínico" para detectar todas aquellas cosas que están mal, y las que no lo están, no están lo suficientemente bien para hacer merecedor a quien lo hizo de una felicitación; a la par de esta agudeza visual para criticar, presentan una miopía dantesca para los logros de sus equipos de trabajo (mismos que poco a poco se van desmotivando), logros que a la larga y debido a la falta de reconocimiento, en muchos casos se van extinguiendo.

En mi experiencia he visto y veo gente de este tipo más a menudo de lo que quisiera, gente que cuando los ven llegar, el primer pensamiento es "¿y ahora que va a criticar?", estas personas se dedican a tiempo completo a una campaña de demolición sistemática que tarde o temprano termina aburriendo al personal, que ve cómo sus esfuerzos por hacer bien las cosas, se ven disminuidos por la incapacidad de sus jefes o superiores de ver y sobre todo reconocer los logros.

Este es un mal que se está propagando, pero que tiene un común denominador en todas las empresas en donde lo he observado. Las personas que presentan esta "cualidad" fueron formadas así, a látigo y a patadas, "aprendieron" (y ese aprendieron es más entre comillas que nunca) que a la gente la tienes que tratar mal, sancionarla, desconfiar de ellos y tenerlos bajo un régimen de miedo para que rindan, "aprendieron" que la única manera de hacer cumplir a la gente con su trabajo es reventarlos hasta que no puedan más y luego cambiarlos.

Pero para ello tienen que invertir una serie de recursos (económicos y humanos) para mantener este régimen, que como todo régimen tirano, termina por explotarle en la cara a quienes se empecinan en ejecutarlo; pues seamos francos, puede que quizá 30 o 40 años atrás, este modelo de explotación haya dado resultados, sin embargo, en un mercado como el actual, en donde la oferta laboral es a todas luces mayor que cuando estas personas se formaron (o más bien se deformaron), en la actualidad la oferta laboral es tan variada y abundante que el período de permanencia en una empresa, aún en condiciones favorables, es muy breve, por tanto, en una empresa en donde la política del miedo y la sanción impera, la rotación alcanza límites que rayan con lo absurdo como que en 2 meses ha renunciado a la empresa un número de trabajadores que resulta ser igual a la cantidad de trabajadores de toda la empresa.

Este tema se presenta principalmente en empresas del tipo familiar, en donde el dueño empezó de abajo y poco a poco fue surgiendo y saliendo adelante, pero a punta de golpes y cree que así es como se sale adelante, o él mismo fue explotado y ahora está devolviéndole el vuelto a la vida; se puede explicar de mil maneras, pero mientras tanto, a los que nos damos cuenta de esto y estamos en posición de hacer algo para que esta realidad cambie, nos toca enfilar baterías y poner todo para que poco a poco, sean menos las empresas que se van haciendo de una reputación nefasta y que curiosamente de cara al público son empresas "exitosas" y "grandes corporaciones", pero por dentro el "maleteo" está a la orden del día.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Si no me va mal, me va peor...

Hace algún tiempo escribí sobre esa tendencia autodestructiva de ciertas personas que piensan que son indestructibles, no les interesa sus vidas o simplemente son cojudos, pues día a día arriesgan sus vidas (y en algunos casos las de los demás) en osadas piruetas entre el caótico tráfico limeño, o se "aventuran" a conducir sus vehículos, luego de haber tomado "unas cuantas copitas".

Pero esa actitud autodestructiva no se limita al plano estrictamente físico, va más allá, llegando al plano emocional, son personas que tienen una capacidad increíble para transformar todo lo bueno que les pueda estar pasando en algo irremediablemente malo; tienen un olfato digno de un experto sabueso, logran encontrar el lado pesimista de una buena noticia, encuentran la mugre en la uña manicurada; en resumen, tienen una habilidad extraordinaria para cagar el mejor de los chistes.

Esa tendencia a “autojoderse” como la llama Emilio Duró, se manifiesta en los momentos más felices, cuando todo les empieza a salir bien, siempre se las arreglan para deprimirse luego de hacer o decir algo para echarlo todo a perder.

Esta actitud va más allá del simple y vulgar pesimismo, la habilidad de estas personas radica precisamente en alterar de forma efectiva y bastante real los hechos alegres, no es simplemente ver el lado negativo, es cambiar lo positivo en negativo, es convertir un delicioso pastel en un maloliente mojón, es irte con Laura Bosso cuando tienes a tu lado a Scarlett Johansson, es tirarte un hediondo pedo cuando estás en un jardín de rosas.
Si ven a alguien así, corran tan rápido y lejos como puedan, huyan lo más rápido posible, aléjense lo más que puedan y no se detengan, no miren atrás pues corren el riesgo de convertirse en piedra o algo por el estilo si lo hacen.

Esta actitud es contagiosa, como cuando estás frente a alguien que bosteza y por más esfuerzos que hagas, terminas bostezando; así que advertidos están, luego no digan que no se los dije.