miércoles, 21 de mayo de 2014

10 Cualidades de un Anti-líder

Todo líder debe poseer y exhibir determinadas cualidades o competencias para poder ser considerado como tal, sin embargo existen algunas características que perfilan a quien las tiene como la antítesis del líder, revisemos algunas de ellas.

1. Habla mal de su equipo: existen personas que en el afán de justificar sus propias falencias a nivel de gestión, se ponen a la defensiva y culpan a los miembros de  su equipo, incluso llegando al extremo de afirmar que existe un “complot” en su contra, en criollo piensan todo el tiempo que les quieren “hacer la camita”.

2. Desconoce y desconfía de  las competencias de su equipo: en ocasiones vemos personas que aun cuando tienen profesionales competentes a su cargo, se inmiscuyen en el trabajo de estos, se dedican a decirles cómo deben hacer las cosas (cuando no es su área de expertise), no les permiten tomar decisiones, llegando incluso a hacer correcciones sobre algunas medidas adoptadas o decisiones tomadas, desautorizando a su equipo.

3. Se escuda en excusas, NO da soluciones: observamos a menudo a personas que toman como “defensa” una serie de argumentos que tienen como única finalidad la de “maquillar” errores, estos argumentos de defensa surgen ante supuestas agresiones o ataques, o simplemente cuando les piden explicaciones del por qué no se obtuvo tal o cual resultado, o por qué no se cumplió con tal o cual proceso.

4. Hace que las personas hagan el trabajo, no hace el trabajo con las personas: alguna vez escuché que cualquier pobre diablo con un poco de poder es capaz de dar órdenes, únicamente un líder es capaz de convencer y conmover; convence a través de la razón, conmueve por medio de la emoción, quienes no son capaces de hacer esto, se refugian en dar órdenes a diestra y siniestra, órdenes que en muchos casos son cumplidas por obligación y no por convicción.

5. Abusan del poder que se les otorga: estás personas a menudo adolecen de una autoestima sólida, que en muchos casos se ve reemplazada por un ego descomunal, que no es más que el reflejo de saberse incapaz, son los rezagos de un complejo de inferioridad atroz derivado en algunos casos de las “estrategias” usadas para ir escalando posiciones en la organización, se saben ineptos y abusan del poder mal habido para disimular su frustrante realidad.

6. Son incapaces de escuchar a los demás: esta incapacidad muchas veces se extiende no sólo a sus equipos de trabajo, quienes vendrían a ser sus clientes internos; tarde o temprano, esta incapacidad de escuchar se extiende a sus clientes externos, tomando decisiones sin considerar las preferencias ni las necesidades de sus clientes, arrastrando a su empresa (y a todo su personal con ella) a un fracaso de dimensiones colosales, pues quienes vivimos para servir, sabemos que el cliente es la razón de ser de la empresa.

7. Sanciona, no incentiva: ¿por qué tengo que premiarlos si ese es su trabajo? Es la pregunta con la que estas personas justifican el no reconocer los logros de su personal; sin embargo, cuando se trata de sancionar alguna falta u omisión lo hacen de la forma más dura posible, “para que los demás reciban el mensaje” suelen decir, implantan un régimen cuasi del terror, en donde los colaboradores se van a la primera oportunidad que tengan, y los que se quedan lo hacen porque no les queda otra opción.

8. No estimulan la capacitación: son incapaces de enseñar lo que saben, mantienen a su personal con los conocimientos mínimos necesarios para que puedan cumplir con sus funciones, en sus mentes estrechas estas personas están convencidas de que si su personal se capacita, tarde o temprano les quitarán el puesto, por lo tanto no sólo no forman a su personal, sino que hacen hasta lo imposible por que su personal no se capacite ni adquiera nuevos conocimientos.

9. Poseen una visión estrecha y mezquina de los negocios: estas personas se caracterizan por ser mezquinos (“angurrientos” en la jerga popular), buscan a como dé lugar la famosa y mal entendida “reducción de costos”, no entienden el concepto y lo emplean a menudo reduciendo personal y haciendo que los demás trabajen horas extras (sin reconocerlas), lo que finalmente deviene en el agotamiento mental y físico de su personal y la consecuente renuncia, elevando la rotación.

10. Voluble es su segundo nombre: un día te dicen “A”, al día siguiente te dicen “Z” y como se trata de personas que creen que su palabra es ley, no hay lugar a reclamo o argumentación que valga, su estado de ánimo del momento se impone sobre la razón, la lógica y el sentido común, creando un caos generalizado, pues la gente no sabe a qué atenerse, porque lo que hoy es una “verdad absoluta”, mañana ¿quién sabe?

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