miércoles, 8 de octubre de 2014

Licencia para robar

En los últimos días he sido testigo de la exacerbación de la indiferencia, la apatía en su más espeluznante faceta, lo cual me ha generado un fuerte sentimiento de desesperanza y frustración, pues he sido testigo de cómo personas aparentemente inteligentes y con un mínimo de discernimiento han optado y defendido una opción que francamente habla muy mal de los Limeños, la opción del candidato que "roba pero hace obras". Somos un pueblo que con nuestro voto le hemos dado carta libre a un corrupto para que robe y haga de las suyas, siempre y cuando haga obras.

Esta decadencia de los valores me aterra, luego miro a mis vecinos y veo como sin el mayor reparo arrojan basura a las calles, se "mean" en donde pueden y luego se quejan de que las calles estén sucias; paran la combi en cualquier parte para subir o bajar, no respetan los semáforos (conductores y peatones incluidos) y luego lloriquean por el accidente, por los heridos o los muertos; se meten cada vez que pueden con tal de "sacarle la vuelta" al otro. Lo que es peor aún, salen de forma airada e indignadísimos "denunciando" que tal o cual autoridad está haciendo mal uso de un poder que ellos mismos le dieron con su voto.

Si pues, hay tanta hipocresía que no demoramos en culpar a las autoridades por nuestros problemas (no hay trabajo, hay delincuencia, mucha basura y una larga fila de etcéteras), pero nunca se detienen ni un minuto a pensar que si esa autoridad está dónde está, es gracias a que algunos pensaron que no importa que robe mientras haga obras, es gracias a la indiferencia, gracias a que los planes de trabajo son letra muerta en buena parte porque casi nadie se toma la molestia de primero leerlos para decidir por quien votar. Ya no hablemos de cerciorarse de que el candidato de su preferencia no tiene antecedentes por algún crimen, o peor aún que esté preso por corrupción u otros delitos.

Por momento me pongo a pensar con mucha envidia, en realidades distintas y distantes, en dónde los ciudadanos se hacen responsables por las autoridades que ellos eligen, en dónde un servidor público es efectivamente eso, una persona que sirve a los demás y que hace uso del poder que las personas le dan, para beneficiar a sus conciudadanos y no un mercenario que sonríe en época electoral, ofrece 500 soles para que voten por él, lleva panetones, turrones o lo que esté en temporada y que una vez electo se dedica a llenarse los bolsillos.

Esta campaña ha estado plagada de candidatos que hasta ofrecieron "no cobrar sueldo", me pregunto, ¿cómo piensa subsistir y mantener a su familia? es que ¿acaso ha encontrado una forma más lucrativa de conseguir dinero?, si pues, esa es la "variopinta" fauna política que tenemos, pero si la tenemos, es porque con nosotros mismos lo hemos permitido.

Veo todo esto y no puedo más que hacerme la misma pregunta que hacían en un antiguo programa de humor Mexicano ¿QUE NOS PASA?. 

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