miércoles, 12 de junio de 2013

Cuando los resultados se ven, la Motivación llega.

Hace algún tiempo me dí por vencido, me resigné, decidí no seguir esforzándome más, era un tiempo desperdiciado y esfuerzo tirado a la basura; pero a que me refiero dirán ustedes, pues a la posibilidad de bajar de peso, era una batalla perdida, habiendo intentado más de una dieta que van desde la típica dieta milagrosa hasta esas en donde bajas un kilo en un mes y a la siguiente semana subes 3 kilos. 

Pero esta resignación iba más allá, pues como resultado obvio de una brutal y desmedida subida de peso, había ropa que el ponerme se había vuelto una misión imposible, pantalones que compré y me puse dos veces pues no había forma de ponérmelos otra vez, no sin reventarlos o que se me viera ridículamente apretado.

Sin embargo una semana y ante el recurrente comentario de "haz bajado de peso", decidí embarcarme en la odisea de probarme esos pantalones dejados en el olvido y que por alguna razón que no puedo explicar no había regalado o echado a la basura, así pues saqué uno, uno que ya ni siquiera me acordaba que tenía y que tristemente no tuve muchas oportunidades de ponerme, exageraría si digo que tiene más de 4 usos.

Grande fue mi sorpresa, cuando al ponerme el pantalón vi que subía sin oponer mayor resistencia, lo cual ya era bastante, sin embargo mi estupefacción se exacerbó cuando sin mucho esfuerzo pude cerrar el pantalón a la altura de mi cintura, esto fue casi un sueño increíble, no lo podía creer, ¿era cierto lo que me estaba pasando? ¿era acaso un sueño que estaba a punto de acabar?, pues no, parado (y pasmado) frente al espejo vi como ese y otros pantalones que ya estaban desterrados de mi guardarropa fueron resucitando uno a uno, algunos con mayor facilidad que otros, pero de una u otra manera estaban allí, haciendo un esfuerzo extra por no ser desechados.

Esto no tendría absolutamente nada de extraordinario, si no fuera por el hecho de que además de caminar un poco en el día, y comer muy poco o no comer por las noches, no estoy haciendo ningún tipo de dieta especial, no estoy dejando de comer nada en particular, no estoy inscrito en un gimnasio, ni estoy enfermo, en resumen, no estoy haciendo absolutamente ningún esfuerzo que justifique ese bajón de peso; o al menos eso creía yo. 

Resulta que por un dolor de muela, que se prolongó por más tiempo del que hubiese deseado, la ración diaria de comida consumida se redujo considerablemente, pues era insoportable tener que comer con el dolor constante allí, tal que a la larga y sin darme cuenta iba comiendo menos, incluso dejando de comer por las noches. Para cuando el dolor cesó, ya la ración de comida que mi estómago soportaba era menor y eso me movió a mantener la misma cantidad de comida.

Entonces me puse a pensar en ello, dándole vueltas al porqué antes cualquier intento por embarcarme en una dieta era un fracaso rotundo y esta vez por una situación fortuita terminé en un franco proceso de perder peso, el cual continúa hasta ahora y pretendo seguir, sin que esto me genere ningún sentimiento de angustia.

Ensayando algunas hipótesis pienso que tiene mucho que ver con la particularidad o el contexto en el que se dio esa pérdida de peso y sobre todo con un tema de evidenciar los resultados, pues si bien no estoy silueta (aún), el hecho de que me quedara ropa que no me quedaba hace mucho y que la verdad no tenía esperanza alguna de que me volviera a quedar, ese creo que fue un factor fundamental, la motivación necesaria para continuar, esa motivación que te da el saber que si bien es cierto no has llegado al objetivo, estás en camino y estás obteniendo resultados que a la larga sumarán para el cumplimiento de la meta final.

Que importante es la motivación en nuestras vidas, pero sobre todo que importante es para quienes estamos a cargo de personas saber que esta motivación tiene que ser significativa y tiene que darle a quienes queremos motivar razones que estén hechas a su media, que les entallen perfectamente para así poder emplear esa energía necesaria y esa actitud positiva que logra transformar en equipo en un equipo de Alto Desempeño.

jueves, 6 de junio de 2013

¿De que te quejas Pancha?

Definitivamente los adultos son bien caraduras al quejarse de los chicos y de la falta de valores de la que los acusan, esos jóvenes y su comportamiento tan reprobable, no son más que el fiel reflejo de una pésima educación encabezada por un terrible ejemplo.

Atención a los que están por convertirse en padres de familia, o tienen hijos pequeños, esa generación de la que hoy todos se quejan y lamentan, esa, la generación de los gringashos y gringashas, la generación de wachiturros y wachiturras, la generación de sicarios de 14, 15 años (o menos), la generación de niñas que aúh no han dejado de serlo y ya saben lo que es llevar a una criatura en el vientre, la generación del bullying, la generación de las fiestas semáforo y las "ruletas" sexuales, en donde los referentes de conducta son modelos cuyo único mérito es verse bonitos o bonitas y más nada, un grupo de esbeltos chicos y chicas que piensan que un archipiélago es un animal, esos son los referentes de conducta de los chicos, referentes que han sido adoptados como tales, no por culpa de los canales que transmiten dichos programas, que en ultimadas cuentas, ya han demostrado de sobra que poco o nada les interesa transmitir cultura, no señores, la culpa completa la tienen los padres que prenden la caja boba y les "delegan" la responsabilidad de la crianza y el entretenimiento de sus hijos a los encargados de hacer estos programas.

Esta generación ha sido (de)formada por adultos que no tienen la menor conciencia de lo que son principios, valores, respeto por el otro, por esos mismos adultos que ahora se escandalizan y señalan con el dedo acusador, esos mismos adultos que juzgan y se apresuran a levantar su indignadísima e hipócrita voz cuando en algunas estadísticas los escolares del Perú salen últimos en comprensión lectora (yo me pregunto cuántos libros habrán leído esos adultos), esos mismos adultos que llaman la atención a un muchachito que en el bus no es capaz de levantarse para cederle el asiento a una persona mayor, esos mismos adultos que se quejan y lloriquean del tráfico de Lima y no tienen el menor reparo en pasarse una luz roja (si señores, el semáforo también es para los peatones), adultos que encuentran "muy conveniente" que los niños se instalen frente al televisor y "los dejen en paz".

Una vez más, creo que es necesario recordarles a los padres de familia (y a quienes están a punto de serlo) que la educación se da en casa, no esperen que la escuela cubra con un papel que esencialmente depende de los padres, sin embargo se están dando mensajes parentales erróneos o mal encaminados, en donde las caricias incondicionales positivas han sido dejadas de lado en el mejor de los casos por caricias condicionales negativas, digo en el mejor de los caso porque puede ser peor, lo cual en base a lo que vemos a diario en las calles, es lo que está pasando, lo peor.

Con esos mensajes contradictorios, mandatos parentales que son una receta perfecta para la formación de personas emocionalmente inestables y con el deterioro de las relaciones interpersonales que nos ha llevado a un punto tal, en el que el respeto no es más que una palabra que aparece en el diccionario y que alguna vez tuvo algún significado en la vida real, con todas estas consideraciones y otras tantas más por señalar, sólo queda por preguntar ¿De qué te quejas Pancha?.

martes, 28 de mayo de 2013

¿Quien dijo que soñar no cuesta nada?

Cada vez estoy más convencido que el que acuñó esa frase (bastante trillada dicho sea de paso) de "Soñar no cuesta nada" era un perfecto imbécil, no tenía idea lo que estaba diciendo o simplemente nunca tuvo un sueño, uno real me refiero, uno en el que te vez a ti mismo haciendo lo que te gusta.

Cómo así de que "soñar no cuesta nada", claro que cuesta, cuesta mucho esfuerzo, mucho desgaste, mucho choque, muchas peleas, mucha tenacidad, mucho empuje, mucho todo. Y esto pasa por una simple razón, los sueños no son algo colectivo, son algo individual, muy personal muy propio, muy mío y de nadie más.

Ahora, claro que todo depende de que tipo de sueño estamos hablando, o más bien como es que se enfoca ese sueño; me explico, si por ejemplo digo "me gustaría ganarme la tinka", pero nunca he comprado un boleto, efectivamente soñar no cuesta nada, pero si en realidad es "tu" sueño, si lo deseas con todo tu ser claro que cuesta, porque todos los días irás al kiosko más cercano a comprar temprano tu boleto y estarás al pendiente del sorteo, e irás a cotejar tu boletito que una vez más no tiene ni reintegro y gastarás nuevamente en otro boleto hasta que te ganes la tinka, se te acabe la vida o se te acabe la plata, lo que ocurra primero.

Esto cuando el sueño es así de simple, ahora si el sueño es más complejo, como por ejemplo empezar tu propia empresa, ahí si que la cosa se pone color de hormiga, porque si pues, si te pasas la vida diciendo que quieres tener tu empresa y nunca has movido un dedo para conseguirlo, pues todo bien, seguirá siendo un sueño de opio, sin embargo cuando decides que eso no se puede quedar como un sueño y decides trabajar duro para hacerlo real, entonces te encuentras frente a muchas fuerzas que jalan para el lado contrario y que te dan la excusa perfecta para abandonar todo y decir "bueno, al menos lo intenté".

Porque si hay algo que sobra cuando queremos justificar la falta de constancia y la flojera tanto mental como física son las excusas, desde las más elaboradas como que las condiciones socio económicas no son las idóneas, hasta las más alucinadas como que el universo la trae contra ti, pasando por la simplemente relajada de "no pues, es mucha chamba".

Algo que he descubierto en estos meses de trabajo a lomo partido para dar forma y sacar adelante un viejo sueño, que por momentos llegó a parecerme obsesión, es que resulta muy fácil darse por vencido y escudarse en todas esas excusas que curiosamente parecen saltar frente a tus ojos y decirte "tómame", "úsame para justificar tu fracaso", pero para bien o para mal, resultó que la misma terquedad que me hizo no darme por vencido para ingresar a la universidad aún después de darme contra el suelo en más de una oportunidad, esa terquedad aún no me a abandonado, sigue ahí y según parece con la misma fuerza de esos años en los que la energía que sólo un jovenzuelo de 20 años tiene.

Ahora, aunque quizá esa fuerza de la juventud haya decaído un poco (quizá no), ahora tengo una ventaja sobre esa época, ahora me acompaña la experiencia de haber vivido intensamente y aprendido de todo cuanto me rodea, de haberme caído y levantado infinidad de veces.

Ahora me puedo dar el lujo de afirmar lo que alguna vez escuché o leí, "cuando la vida te dé la espalda, cógela por el culo".

miércoles, 22 de mayo de 2013

Los Otros...


Hace algunos días, en una conversación sobre lo caótica y violenta que resulta ser Lima, salió un tema que a decir de los involucrados en dicha conversación era uno de los motivos de ese caos y violencia que de una u otra manera nos afecta a todos, es lo que llamo la "Noción de el Otro". No tenemos el menor respeto por "el otro", porque ni siquiera somos cocientes de la existencia de "el otro", me incluyo porque me he dado cuenta de que para sobrevivir en esta ciudad, en ocasiones debes involucionar a un estado de brutalidad digno de una sola especie sobre el planeta: el ser humano.

Si pues, no respetamos al otro porque ni siquiera nos damos cuenta de que está allí junto a nosotros, viviendo lo que nosotros, sufriendo igual que nosotros, disfrutando igual que nosotros, compartiendo el mundo con nosotros.

Y es justo en uno de esos momentos en los que se te empiezan a ocurrir cosas y no sabes por qué, es que surgió esto que comparto con ustedes:

"Creo que los demás son, en tanto que yo soy consciente de ello, es decir reconozco, acepto y respeto su existencia, su condición de ser y estar, su individualidad, sus aciertos y errores, sus fortalezas y debilidades, sus cualidades y sus aspectos por desarrollar, es decir su condición de seres humanos.

El universo tiene un equilibrio y una dinámica que en ocasiones resulta ser algo irónica, pero creo que todo lo que hacemos va a tener indefectiblemente un rebote en nuestras vidas, de una u otra forma, todo aquello que hacemos con los demás, sea que se considere bueno o malo, regresa a nosotros, algunos le llaman Kharma, otros le dicen justicia divina, como dije al principio, yo quiero pensar que es el equilibrio que existe en el universo.

Pero en realidad ¿Quienes son los otros? me he percatado además, de que aún no puedo (o quizá no quiero) responder a esa pregunta, por una sencilla razón, para decir quiénes son los demás, primero tendría que poder decir que me conozco a cabalidad y eso en este momento de mi vida es una falacia, ya que aún no he llegado a conocerme y pretender decir quiénes son los demás me haría caer en imprecisiones, imprecisiones ya sea por desconocimiento o ignorancia, o quizá imprecisiones por mis propios prejuicios, valores y frustraciones.

Sin embargo en referencia a quienes son los demás podría ensayar algunas respuestas vagas, los demás son todos aquellos que se encuentran fuera de mi universo personal, los demás son en tanto yo soy y yo soy en tanto los demás están ahí y son.

Los demás son el respeto por mi espacio y por el espacio que yo no ocupo en el universo, los demás son toda la energía que me rodea, pero los demás también es mi propia energía vital que es parte de un todo con el universo, pero que a su vez me hace único e irrepetible, también son mis muchos estados de ánimo y cambios que en ocasiones me han sorprendido, por lo variados y particulares que pueden llegar a ser, llegando a ser incluso diametralmente opuestos y responden a diversos momentos que voy viviendo.

Sigo buscando la respuesta a la pregunta de ¿quiénes son los demás? a través de mí y quizá indirectamente ya he respondido esa pregunta, aunque podré acercarme más cuando logre deshacerme de muchos prejuicios que aún tengo, sin embargo me atreveré a dar un adelanto, me preguntan ¿quiénes son los demás? Yo digo, los demás soy yo y yo soy los demás".

domingo, 21 de abril de 2013

Con las barbas en remojo



A propósito de los últimos ataques a los programas del tipo de Combate y Esto es Guerra, surgidos por las poco afortunadas respuestas de una de las chicas (cuyo nombre es irrelevante ya que pudo ser cualquiera de los participantes) que afirmaba que "Archipiélago" es una animal o que Yawar Fiesta fue escrita por Paulo Coelho, pero seamos justos y con la mano en el pecho preguntémonos, ¿cuántos de los que enfilaron baterías contra esta chica realmente se acordaban que Yawar Fiesta fue escrita por Arguedas?, es más, yo preguntaría ¿de todos los que le hicieron bullying en las redes, cuantos han siquiera leído Yawar Fiesta?.

No defiendo este tipo de programas, me parece que no es más que el reflejo de la decadencia en la que está inmersa nuestra sociedad y los paupérrimos niveles de cultura que tenemos y de los cuales, no somos realmente conscientes, o peor aún, lo sabemos y simplemente no nos interesa y estos chicos no son mas que la prueba fehaciente de ese desinterés, ellos están allí para ser bonitos y nada más, no tienen que ser inteligentes, no tienen que teorizar sobre algún tema trascendente, esa no es su función, ellos están ahí para verse bien y vender su imagen, punto.

Nos hemos convertido en una sociedad consumista, dedicada al culto de la imagen y dominada por los estereotipos que la televisión en general nos vende, y nosotros como buenos tontos útiles compramos, me viene a la mente una cita de Erich Fromm en la que el psicólogo social nos dice que: “Toda nuestra cultura está basada en el deseo de comprar, en la idea de un intercambio mutuamente favorable. La felicidad del hombre moderno consiste en la excitación de contemplar las vidrieras de los negocios, y en comprar todo lo que pueda, ya sea al contado o a plazos. El hombre (o la mujer) considera a la gente en una forma similar. Una mujer o un hombre atractivos son los premios que se quiere conseguir. «Atractivo» significa habitualmente un buen conjunto de cualidades que son populares y por las cuales hay demanda en el mercado de la personalidad. Las características específicas que hacen atractiva a una persona dependen de la moda de la época, tanto física como mentalmente.”

Esta situación, junto con la alarmante realidad de que los estudiantes peruanos ocuparon el puesto 62 de 65 países en una prueba de comprensión lectora, o que por ejemplo el peruano promedio no termina de leer lo que empieza, o que el 80% de los estudiantes presenta un desempeño que los ubica en el nivel 1 (los estudiantes tienen serias dificultades para utilizar la lectura como un instrumento para avanzar y ampliar sus conocimientos y destrezas en otras áreas) de la escala establecida por Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) y que de ese grupo el 54% está incluso por debajo de esta escala.

Dadas estas cifras, no debería sorprendernos entonces que estos programas hagan gala de la soberana ignorancia en la que todos estamos y de la que de uno u otra forma somos responsables.

La educación se da en casa, en el colegio sólo se da instrucción, cuando seamos conscientes de ello y asumamos nuestra responsabilidad como padres, quizás esta penosa situación empiece cambiar.


Esclavos o Robots, salimos de las cadenas para caer ante el Wi Fi



Erich Fromm, el psicoanalista, psicólogo social y filósofo humanista  Alemán dijo alguna vez, “El peligro del pasado era que los hombres fueran esclavos. Pero el peligro del futuro es que los hombres se conviertan en robots”, sin embargo y bajo el peso abrumador de la realidad, hoy en día nos damos cuenta Fromm se quedó corto o fue muy optimista, pues en la actualidad el hombre no sólo se ha convertido en un robot, sino que además sigue siendo esclavo, esclavo del tiempo, que nunca es suficiente para dedicárselo a su familia, para darle a su familia “todo” lo que necesita, para asegurar el “bienestar” de su familia, para atender lo que es verdaderamente importante y olvidarse por un segundo de lo urgente.

Hace ya algún tiempo mientras trabajaba haciendo lo que todo psicólogo eventualmente tuvo, tiene y tendrá que hacer que es seleccionar personal, quien fuera mi jefe inmediato y amigo me dijo, “trabajo afuera hay para quien quiera trabajar, pero esposa sólo tengo una”, refiriéndose a una situación en la que se había visto obligado a renunciar a un muy buen puesto y aún mejor remuneración, precisamente por haber sentido que el tiempo que le dedicaba a su familia y en especial a su esposa, amenazaba con arruinar lo que era realmente importante para él, su familia.

Sin embargo cuantos de nosotros tendríamos el coraje de hacer algo así, de decir “Hasta aquí nomás”, de mirar a nuestro alrededor y disfrutar del milagro diario de la vida junto a los que nos quieren. Con cierto beneplácito soy testigo de que ahora más que antes hay algunos atrevidos que logran soltarse de las cadenas, sin embargo aún queda un fuerte contingente que sigue inclinándose por lo urgente, olvidándose que al final es la familia la que estará allí.

Pero además, hay otro motivo por el cual el hombre es esclavo y robot, e intentaré graficarlo con una experiencia sucedida hace un tiempo en una conocida cadena de cafeterías de la capital, estaba yo sentado esperando a un cliente pues habíamos quedado en encontrarnos para afinar algunos detalles de un negocio, cuando llegaron tres chicas, calculo que la mayor de ellas debía tener no más de 16 años y las otras dos andaban por allí, las tres llegaron muy sonrientes y con paso algo ligero, se acomodaron en unos sillones que convenientemente estaban uno frente a otro, digo convenientemente, pues ello facilita la charla y el intercambio de ideas, sin embargo las tres chicas ni bien estuvieron instaladas sacaron cada una sus modernos celulares e iniciaron una aparentemente muy interesante y divertida conversación con alguien que, en principio yo asumí,  se encontraría en otro lugar de la ciudad.

Sin embargo con el transcurrir de la conversación me di cuenta que todas estaban conectadas con una misma persona, la cual estaba charlando (chateando) con las tres, hasta ahí digamos que no hay mayor novedad, sin embargo cuando presté atención ya más al detalle, era obvio que la conversación también era entre ellas por los comentarios que hacían, lo cual me pareció realmente triste y alarmante, básicamente porque queda en evidencia el nivel de dependencia a las tecnología al que hemos llegado, pero principalmente por esa incapacidad para establecer relaciones con otro ser humano si no es a través de un teléfono, tablet, laptop o cualquier otro aparato.

Así están las cosas, y des seguro veremos muchos otros ejemplos de este proceso de “deshumanización” al que según parece estamos condenados.

jueves, 11 de abril de 2013

Identificando al perfecto mediocre



De una u otra manera todos nos hemos encontrado alguna vez en la vida con uno de estos especímenes, estos bichos que lamentablemente no son raros y más bien proliferan en nuestra sociedad, sujetos que están en un estado muy similar al vegetativo pero con una salvedad que los diferencia de aquellos que por motivos clínicos han caído en este estado, el mediocre lo hace por voluntad propia, su estado vegetativo obedece meramente a la voluntad (o falta de ella) de permanecer en ese estado, es decir, es un inútil profesional.

Es muy fácil identificarlos, ya que las características que presentan resultan ser por demás irritantes para algunos, sobre todo cuando su amojonamiento amenaza con instalarse en nuestro entorno, quedarse revoloteando cual mosca que por más que intentas sacudírtela sigue rondando y hace lo único que si sabe hacer, JODER y lo hace muy bien además.

Aquí les dejo algunas características que he podido identificar en esta subespecie que anda por ahí:

1. Un mediocre no se reconoce como tal.
2. Busca disminuir los éxitos de los demás para disimular sus propios fracasos.
3. Siempre va a encontrar la excusa perfecta para no hacer algo.
4. Se estresa cuando hay una situación nueva, los cambios le aterran.
5. Quiere su independencia pero no es capaz de dar un paso sin llamar a su mamá para que lo dé por él.
6. Dice que sabe hacer las cosas pero no es capaz de mover un dedo si no le dicen que tiene que hacer.
7. Su vida gira en torno a la de los demás, vive al pendiente de lo que hacen los demás, su propia vida le aburre.
8. Él nunca tiene la culpa de nada, siempre hay alguien o algo que ocasionó que las cosas no le salieran bien.
9. El mediocre nunca se equivoca y cuando lo hace, en realidad es porque desde el principio quería que fuera así.
10. El universo entero está contra él, es la víctima perpetua y perfecta y le encanta que se compadezcan de él.

Así como estas, hay algunas otras características que quizá ustedes hayan encontrado, como quiera que sea, cuando identifiquen a uno de estos especímenes, HUYAN, corran tan rápido y tan lejos como puedan, mientras lo hacen sacúdanse la pestilencia y la hediondez, pues corren el riesgo de que la mediocridad los apeste y se les quede rondando y cuando menos lo esperen (cual peste de The Walking Dead) ya estarán infestados. Advertidos están.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Yo como digo una cosa digo otra



Es realmente patético ver como los niveles de cinismo inundan las redes sociales, páginas que dicen abogar por la dignidad, la tolerancia y las libertades, y sin embargo despotrican contra todo aquel que “se atreve” a defender sus creencias sean estas religiosas o de cualquier índole, sin contar que prácticamente elevan a un nivel de santidad a tiranos que no han hecho otra cosa que someter a “su pueblo” a un régimen a todas luces dictatorial que ellos convenientemente no quieren ver, esto mientras acusan al nuevo Papa por sus oscuros vínculos con la dictadura militar que intentó someter y desangró Argentina. Es que acaso hay “dictadores buenos” y “dictadores malos”, me pregunto.
Pero esta condición no es solamente de grupos que escudados en pseudónimos, en el anonimato y la impunidad que les dan las redes sociales, impunidad que estos sujetos aprovechan “valientemente” para insultar y atacar a todo aquel que no piense como ellos; porque claro pues, estos todopoderosos buenos para nada, se adjudican la patente de la verdad, ellos la tienen, es de su propiedad, ellos son la verdad encarnada, esto definitivamente tiene connotaciones psicológicas que evidencian algún tipo de frustración o trauma arrastrado probablemente desde la niñez, pero ese es otro tema. No mis estimados, no son sólo estos grupetes, son también individuos que blandiendo la bandera del desparpajo, el cinismo y haciendo gala de una tremenda ignorancia atacan todo aquello que en sus diminutas mentes no alcanzan a entender, que no comprenden o guiados por su arrogancia estúpida no quieren comprender, pues porque una vez más, estos individuos son dueños de la verdad y todo aquel que no les diga “amén” cada vez que estos sujeto abren la cloaca que tienen por boca y empiezan a destilar veneno en sus comentarios.
Ahora bien, es cierto que por lo menos, y a diferencia de los primeros, estos individuos si dan la cara, firman sus comentarios y no se esconden como cobardes sabandijas tras un “alias”, sin embargo su discurso al igual que los anteriores es absolutamente contradictorio, pues mientras se llenan la “cloaca” defendiendo las libertades y los derechos de algunos, se comportan como los tiranos absolutistas e intolerantes que en realidad son, censurando, insultando y burlándose (lo cual demuestra su ignorancia) de todo el que no crea en lo que ellos creen, asumiendo claro está de que estos tipos puedan creer en algo más que no sean ellos mismos y su desmedido ego.
Es también curioso y desconcertante ver cómo es que su patológica necesidad por tener la razón no les deja ver las cosas con claridad y juntan en un solo saco a quienes profesamos nuestra FE en Dios y aquellos zánganos miserables que se aprovechan de la FE de la gente y manchan con sus atrocidades una institución como la Iglesia Católica, Institución que lamentablemente hasta la fecha no ha hecho nada por revertir esta situación y peor aún, no demuestra ningún interés en querer hacerlo.
Termino invocando a quienes lean esto en no caer en la incoherencia e hipocresía de por ejemplo atacar y lanzar arengas contra el capitalismo, mientras que hacen esfuerzos por promocionar sus negocios en los cuales han invertido un capital, no sean tan lornas para joder a un sistema al cual pretenden ingresar, no olviden que por cada camiseta del CHE que un comunista compra hay un capitalista sonriendo.