martes, 13 de mayo de 2014

Los intocables puestos a disposición

Cuando de tomar decisiones se trata, existen personas que encuentran la manera de evadir la responsabilidad y desplazar el problema a otro lado, como si por alguna razón, no quisieran asumir su rol como líderes; pues finalmente, siempre es más “fácil” y más “cómodo” dejar que otro se haga responsable, “y si algo sale mal, uy sí, que pena, pero yo no fui.”

Una experiencia muy particular la tuve en una empresa en la cual cada vez que un trabajador no cumplía de forma reiterada con los procedimientos, no se adaptaba al trabajo o incluso si incurría en una falta grave, se le “ponía a disposición” del área de RRHH, es decir una completa y absoluta lavada de manos, nadie se hacía responsable por tomar una decisión y simplemente le lanzaban la pelota a RRHH, en donde si el trabajador tenía suerte, lo cambiaban de área o lugar de destaque y se acabó el problema, o mejor dicho, se trasladó el problema; pues en muchos casos la misma conducta no deseada, se repetía en el nuevo lugar de trabajo, siendo puesto una vez más “a disposición” de RRHH, en donde previa carta de compromiso, se volvía a trasladar el problema, y así por los siglos de los siglos, amén.

Averiguando un poco, me enteré de que no era con cualquiera, era con aquellos que de una u otra manera tenían un “padrino” dentro de la empresa, que bien podía ser algún conocido o amigo del dueño, la esposa o los hijos o incluso el mismo dueño, son los autodenominados “intocables”, aquellos que llaman al dueño por su nombre y se jactan de despechar con él directamente, y te muestran cada vez que pueden que dentro de sus contactos en su celular tienen su número personal y su correo personal “por si acaso”.

Ese es el momento incómodo en donde te das cuenta de que hagas lo que hagas, sea cual sea la gestión que hagas, sin en algún momento algo de lo que haces no le gusta a uno de estos individuos, corres el riesgo de que simplemente no te renueven el contrato y se acabó (lo cual en una empresa como la descrita, lejos de ser algo malo, resulta ser un gran favor). Finalmente nadie es "monedita de oro" para caerle bien a todo el mundo, y tarde o temprano terminas “tocando” a un “intocable” y como es de esperar, ahí mismo se acabó la función.

Este tipo de “políticas”, mantenidas obviamente con el conocimiento y consentimiento de los dueños, quienes a falta de una adecuada preparación, manejan su empresa como si fuera su “chacra”, finalmente es su empresa y cada quien tiene el derecho de hacer con sus cosas lo que mejor le parezca, aun cuando esto signifique hacer quebrar un empresa, con todas las consecuencias que ello acarrea.

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