Hoy por hoy, en nuestra saturada y
congestionada Lima, cada vez que un alcalde decide que ya es tiempo de arreglar
alguna pista (lo que siempre "coincide" con las elecciones),
irremediablemente algún otro lugar de la ciudad queda hecho un desastre.
Esta vez no se trata de una reparación, o
quizá si, pues se intenta reparar años de malos hábitos, décadas de caos y
desorden, pues la llamada "cultura combi" (cortesía del nefasto
gobierno de Alberto Fujimori dicho sea de paso) nos causó a los peruanos mucho
más daño del que muchos suponen, esta vorágine en donde de lo que se trata es
de sacar ventaja en cualquiera sea la situación, aun a costa del otro.
Es en este contexto que se implementa con
muchas deficiencias el llamado Corredor Azul, en un intento de remediar el
desastre de tantos años de combis, años de "pie derecho", años de
"apuéguese" y toda esa variopinta fauna que acompaña a las ya
mundialmente famosas "combis asesinas".
Este Corredor Azul que en principio es una
buena y antigua idea (quienes tienen más de 30 años podrán recordar los
Enatrus), aunque bastante mal implementada, con soluciones improvisadas y que
no se ajustan a la realidad de una ciudad que tiene que re educarse en
urbanidad, civismo y sobre todo respeto a los demás.
Este corredor Azul, ha ocasionado que muchas
personas que antes utilizaban lo que ahora es el corredor vial Tacna, Garcilaso
Arequipa, dejen de utilizarlo por no contar con la información suficiente o por
cualquiera sea el motivo; pero por supuesto todas estas personas tienen que
seguir movilizándose a sus centros de trabajo, escuelas, universidades, etc. y
han optado por trasladarse en el ya bastante saturado Metropolitano, lo que ha
generado una demanda que sobrepasa cualquier proyección o cálculo que se
pudiera haber hecho, simplemente basta con darse una vuelta por la estación
Naranjal (por mencionar un ejemplo) entre las seis y las siete de la mañana
para darse cuenta que la capacidad de atención, tanto en personal como en
infraestructura, ha sido excedida por mucho.
Yo soy un convencido de que por ningún motivo Lima debe volver al sistema de las combis, sin embargo, es necesario establecer estrategias adecuadas de implementación de un sistema que a todas luces es bueno, pero debe hacerse de forma correcta, de lo contrario se corre el riesgo de quedar como una mala idea hecha por personas que no tienen la menor idea de las necesidades de la ciudad y de sus habitantes.
Esperemos que esto prospere, pero sobre todo que el próximo alcalde (porque Villarán no vuelve a ser elegida y eso es un hecho) no retroceda y más bien subsane las muchas deficiencias que este sistema por su mala implementación presenta, pero que continúe con la reforma del transporte que ya se inició.