lunes, 29 de noviembre de 2010

Esa irrefrenable necesidad de cagar donde se come.

En cada recorrido que hago por Lima, encuentro que sin hacer distinción alguna entre hombres o mujeres, grandes o chicos, pitucos o misios (pongan la etiqueta que quieran), existe un gran desprecio por la ciudad y por ellos mismos, basta ver como se convierten en letrinas al paso postes, árboles, la parte de atrás de un auto y cuanto lugar se preste para el desahogo sin importar si el lugar elegido para la hazaña está al lado de un colegio o el arbolito en cuestión está en medio de la más transitada de las avenidas, todo lugar es válido para descargar el exceso de líquido que llevamos.

Otra “maravillosa” costumbre que “mis paisanos” tienen y practican con ferviente devoción es tirar las envolturas, cáscaras, pepas, bolsitas o recipientes de lo que sea que su apetito y su bolsillo les permitan graciosamente tragar mientras van caminando o en algún vehículo, aún cuando van en el metropolitano en donde (como TODOS saben) está prohibido comer o beber. Resulta francamente indignante como sin el menor reparo arrojan lo que sea que tenga a la mano a la calle sin darse cuenta de que es la ciudad donde viven la que están dejando cada vez más asquerosa.

Recuerdo que en una oportunidad intenté hacerle ver a uno de “mis  paisanos” que había botado una bolsa gigantesca de los chisitos que acababa de terminar, dejándole las manos (y por consiguiente el pantalón) grasosas y amarillentas, que no podía arrojar basura en la calle diciéndole: “esteee, amigo, se te ha caído tu bolsita”, vano intento, el sujeto este ni me entendió, miró la bolsa que había botado busco a los lados algo que se le pudiera haber caído cuando tiró la bolsa y dijo: “no yo la boté”; terco intenté hacerle ver que me refería a la bolsa que acababa de arrojar y por todo respuesta obtuve un: “no hay tacho pe, onde lo voabotar” (traducción: en donde lo voy a botar), cuando empezaba a intentar una explicación de que el hecho de que no hubiera en donde arrojar la basura no lo faculta a dejar la calle como relleno sanitario, mi esposa con mucho más tino me hizo saber que estaba como decía mi abuela “gastando pólvora en gallinazo”, el tipo simplemente no entendía que no se debe arrojar basura en donde nos apunte la nariz.

Así como el sujeto de la bolsa de chisitos, hay cientos, miles que por alguna razón no ven esta ciudad como suya, no asimilan la idea de que están viviendo en una ciudad que cada día está peor por culpa de ellos, y sin embargo se pasan la vida echándole la culpa de todos sus problemas a los gobernantes de turno (mismos que ellos eligen por que se pintan un número en una enorme y aguada parte de su anatomía o por que se disfrazan de algún superhéroe), es siempre culpa del alcalde que la ciudad esté como esté, son los funcionarios corruptos que tienen la culpa de todo.

Mi profesión mi impulsa a elaborar algunas hipótesis del porqué del comportamiento de “mis paisanos”, hipótesis que van desde el cuestionamiento de los niveles de educación, pasando por la pérdida total de valores cívicos, hasta la que trata de explicar este despelote por el crecimiento explosivo que ha tenido Lima en los últimos 20 o 30 años, e incluso hasta una combinación de teorías; lo que no me termino de explicar es como alguien se puede acostumbrar a vivir en medio de la mierda sin siquiera hacer una mueca de asco, dicen que el ser humano es una animal de costumbre, pero también es cierto que algunos se acostumbran a ser animales.

A veces me pregunto como serán las casas de “mis paisanos” que todos los días tiran basura y orinan en donde se les ocurre, harán los mismo en las salas de sus casas, cuando están en la cama y tienen la necesidad de cagar y el baño está ocupado lo hacen allí nomás, tiran la basura dentro de los cuartos, en el piso de la cocina; esa idea me deja por demás intrigado y asqueado.

Soy optimista y creo que esto algún día cambiará, de lo que no estoy muy seguro es de cómo, ya que los hijos de “mis paisanos” crecen viendo este comportamiento como natural y definitivamente lo repetirán, así que la tarea es dura; por otro lado hay quienes dicen que esto ya no tiene arreglo y lo único que queda es jalar la cadena…

Lo dejo a su criterio…

martes, 23 de noviembre de 2010

La guerra por la tele... ¿quien ganará?

La semana pasada con motivo de una infernal gripe tuve la "dicha" de pasar una noche en el sofá de la sala, todo por no contagiar a mi esposa que está esperando a nuestro primer bebé, aprovechando tal momento de exquisita libertad, di rienda suelta a mis bajos instintos e hice lo que todo hombre casado en mi situación hubiera hecho, me adueñé del control remoto y no lo solté ni cuando me quedé dormido con los ojos rojos de tanto ver televisión.

Como hacía mucho tiempo no pasaba, coincidentemente el tiempo que llevo viviendo con mi señora, pude ver cuanto programa de deporte (entiéndase fútbol) encontré en señal abierta y cable, y seguro que de haber tenido algunos DVD de fútbol también los hubiera puesto, pude nuevamente ver un partido de fútbol completo (Barcelona vs. Villarreal) sin tener que estar respondiendo preguntas sobre el reglamento o escuchar que tal jugador “es un salvaje” cuando se le ocurría ponerle el pie de corbata a otro, simplemente ver el partido; pude también ver cuanto resumen de goles, pasaban los programa, sin tener que pedir “un ratito” para que no me cambien de canal justo cuando van a decir cuales fueron los resultados de los partidos del día o tener que explicar por qué me interesa saber los resultados de equipos de los cuales no soy hincha o peor aún, tratar de explicarle (sin éxito) por qué conviene que tal equipo gane y que el otro empate para poder clasificar a la siguiente etapa del torneo.

Esto me hizo pensar en cuan cierto es eso de “vamos a ver televisión” cuando se lo decimos a nuestra esposa, es verdad acaso que vemos televisión “juntos” o simplemente nos turnamos aburridos momentos frente a la “caja boba” que sólo son soportables por la acurrucada que nos damos cuando por ejemplo en mi caso tengo que soplarme esas “insufribles” comedias románticas que nos presentan un mundo que no sólo nos es completamente ajeno y a veces hasta inalcanzable, si no que además nos muestran un mundo en el que el bueno es tan bueno que raya con lo cojudo y el malo es una basura, un miserable que no tiene perdón de Dios.

De la misma manera, estoy seguro que no debe haber castigo mayor para mi mujer que soplarse noventa minutos viendo como veintidós tipos corren tras un balón y unos vestido por lo general de negro tras los veintidós para que no se cojan a golpes a la menor oportunidad, no contentos con eso tener que ver los comentarios de tipos que dicen que saben de fútbol (y así no la dejo hacer comentarios a ella) y las repeticiones de goles que acabo de ver en el partido.

Algo que usualmente pasa es que cuando dan una de estas comedias románticas o toca la novela, me acuesto a su lado hasta que el aburrimiento me gana y me vence el sueño, no sin antes hacer mil y un preguntas para inútilmente procurar entender de que se trata “La Usurpadora” (novela de turno); o ella se instala cómodamente a ver (y comentar) el partido del fin de semana, tan cómodamente que por lo general los ronquidos empiezan en el minuto 30 del primer tiempo, ronquidos que sólo se interrumpen cuando un desaforado grito de GOOOOOOL, la hace saltar sin misericordia de la cama con el corazón en la boca. Esto es por que recién nos estamos acostumbrando, después de casi 30 años de ver lo que nos venía en gana, a compartir los gustos e intereses, o esta situación se agrava con el paso de los años. Le he preguntado a algunos amigos casados más tiempo que yo y las respuestas varían de una pareja a otra, sin un patrón que los asemeje unos a otros, es decir… como al principio.

Se me ponen los pelos de punta el sólo pensar que pasados los años, me pueda ver junto a ella frente al televisor comentando la novelita del momento, o realizando un “profundo análisis” sobre las posiciones de los equipos en la tabla; ni en mis peores pesadillas, las cosas en su sitio por favor, ella con sus novelas y yo con mi fútbol, así debe ser, así será (espero).

Pero al final toda especulación quedará de lado, por que como les dije, cuando le hice la pregunta a mis amigos casados las repuestas variaron muchísimo, pero hubo sólo una coincidencia en absolutamente todos los casos de parejas casadas y con hijos, todos sin excepción terminaron viendo Barney, Oki Doki, Lazy Town, etc., etc., considerando que faltan mas o menos 6 meses y medio para que llegue nuestro bebé, es más a omenos ese el tiempo que nos queda para poder ver lo que queramos, antes de que el nuevo dueño de la tele haga su ingreso triunfal y nos despoje de todos los “privilegios”.

Lo dejo a su criterio…

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Cuando el "ingenio" sobrepasa al sentido común.

Una vez más soy testigo de cómo nuestra muy ingeniosa fauna política, se empeña en asolapar su ineptitud para hacer cumplir la normas vigentes inventando una serie de reglamentos que sólo logran convertir a los peatones (“mis paisanos”) en “infractores formales” (papeleta de por medio), y no logran el objetivo que es Educar a quienes durante años han vivido en la más absoluta informalidad y (por supuesto) no dan señales de estar dispuestos a querer cambiar.

Se suele decir que “las normas están hechas para ser cumplidas”, aunque en nuestro país y de manera más palpable para nosotros, en nuestra vieja Lima, las normas no son más que las víctimas de flagrante violación por parte de los grandes depravados que resultan ser “mis paisanos”. Las violaciones de las que a diario somos testigo a cuanto reglamento, disposición, resolución, ley o cualesquiera que se les parezca, hacen que cualquier intento por ordenar en base a “nuevas reglamentaciones” el caos en el que “mis paisanos” han sumido a esta ciudad, resultará más que inútil; pues según lo veo no se trata de “inventar” nuevas leyes, la solución más bien pasa por hacer cumplir con mano muy firme las normas que ya existen, sancionar a quienes tienen que sancionar, pero por sobre todo y antes de esto: Educar.

Por otro lado, supongamos que no existe la legislación al respecto y que es necesario crear un marco legal ante una situación dada, se hace entonces un sesudo análisis de la situación, se realizan los estudios relevantes, se junta la “comisión ad hoc de asuntos sin importancia”, discuten el proyecto de ley y finalmente se aprueba: “Regístrese, comuníquese y publíquese”; pero, ¿alguien se preocupó de crear las condiciones idóneas (o mínimas requeridas) para que la ordenanza, mandato o lo que fuere se pueda cumplir?. Aquí algunos ejemplos: Nos piden por ejemplo que utilicemos los cruces peatonales, pues en muchos sitios simplemente NO HAY; nos dicen que los peatones debemos transitar a una distancia prudente ¿? de la pista cuando todos hemos tenido que bajar de la vereda (a esquivar autos) cuando pasamos por ejemplo un domingo como a la 1 o 1:30 p.m. frente a alguno de estos restaurantes de moda en donde (con la espeluznante complacencia y complicidad del policía que espera recibir su propina) encontramos ocupando toda la vereda camionetas 4x4 que impiden el paso a todo aquel  que en uso de su derecho de libre tránsito quiera ir por ahí y no puede; dicen que para muestra un botón, estos son un par de botones de abrigo de payaso, aquellos gigantescos y de colores chillones.

Otro punto a tomar en cuenta es el siguiente: en las esquinas o intersecciones  más transitadas usualmente hay uno o dos miembros de la policía nacional, por lo general uno de ellos se dedica a dirigir el tránsito y el otro (que casi siempre resulta ser “la otra”) a hablar por celular con el colega de la siguiente intersección o sabes Dios con quien; si consideramos que en hora punta, que es cuando más infracciones al dichoso reglamento se cometen, transitan alrededor de 200 personas por minuto tenemos que en una hora por esa esquina han pasado cerca de 12000 personas, de estas 12000 siendo optimista, el 30% respeta las normas de tránsito, eso quiere decir (si las matemáticas no me fallan) que aproximadamente 8400 de “mis paisanos” han pasado por encima del reglamento y esto sólo en una intersección de las miles que hay y en un lapso de una hora. Según informaron, el primer día de aplicación de la norma se colocaron (en total) en Lima algo más de 900 papeletas, ¿que pasó con las restantes?, hay una importante diferencia si consideramos que las 900 se pusieron en un lapso de aproximadamente 8 horas.

Finalmente, en un reportaje mostraron el tremendo fracaso de esta campaña en provincia, en donde ante la impotencia de la policía, los peatones cruzaban por donde mejor les parecía, esgrimiendo el casi kafkiano argumento de “estamos en la sierra pues, esta gente está acostumbrada a ir por la pampa y no saben de semáforos”, y en donde una “señora” con pinta de luchador de sumo la emprende contra el camarógrafo de un canal de televisión y luego le lanza una soberana “caricia” al guardia que intentaba hacerle entender a la “señora” que había obrado mal.

No me malinterpreten, esto no es un llamado a la desobediencia ni un intento de sabotear las tan bien intencionadas leyes que nuestros amigos legisladores tan cariñosamente nos brindan, es simplemente el derecho a zapateo que tengo de expresar la incomodidad (o sea me friega) de leyes que no se cumplen, de autoridades ineptas que no pueden hacer cumplir las normas, de “mis paisanos” que no son capaces de conservar las más elementales normas de civismo; en fin del despelote que significa la casi imposible convivencia en esta caótica ciudad.

Lo dejo a su criterio…

viernes, 12 de noviembre de 2010

Vocación de Kamikaze o simplemente cojudos

“Kamikaze”, término de origen japonés que fuera utilizado a finales de la segunda guerra mundial por los traductores estadounidenses para referirse a los ataques suicidas por parte de pilotos de la armada imperial japonesa dirigidos hacia la flota aliada; y que se ha extendido a nivel mundial para referirse a toda incursión suicida, en donde lo único que importa es destruir el objetivo sin importar la propia integridad. Este término que fuera utilizado hace más de 60 años y a muchos kilómetros de nuestra querida ciudad; hoy está más vigente que nunca entre nosotros, basta con darse una vuelta por Lima y detenerse unos minutos en algún cruce peatonal, para ver con pánico la “audacia” de “mis paisanos” quienes con real vocación e instinto “Kamikaze” se lanzan a la extremadamente peligrosa misión de cruzar la pista.

Pues sí, lo que en cualquier ciudad del mundo sería el muy simple y aparentemente inofensivo proceso de llegar a la vereda de enfrente, en Lima se convierte para quienes tratamos de respetar las luces del semáforo en un infernal intento de sobrevivir a las combis, coasters, buses, taxis y demás que por supuesto hacen caso omiso del susodicho semáforo, o es que acaso piensan que son “adornos” para alegrar la ciudad o quizás luces navideñas olvidadas.

El tema de los semáforos en Lima es muy particular, ya que casi nadie los respeta se podría decir que son ornamentos para nuestra cada vez más gris ciudad, y si lo haces te miran como el cojudo que "se queda parado en la esquina" o te gritan que “avances, no vez que no viene carro”, como algún infeliz intentó hacerlo conmigo llevándose (por supuesto) su respectivo “vete al mierda” por parte del suscrito; pero de un tiempo a esta parte abundan los semáforos por todo Lima, a algún “genio” y “esmerado” funcionario de la comuna se le ocurrió que con más semáforos, colocados indiscriminadamente sin el menor criterio técnico ni conocimiento de la realidad de la zona en donde lo estaban colocando el tráfico iba a mejorar, ¡Gran Error!, lo único que se ha logrado con esto es que haya más semáforos que absolutamente nadie respeta, por que si pues, un día me levanto, me voy a comprar el pan con las legañas aún en los ojos y me encuentro que justo por donde cruzo todos los días me pusieron tremendo semáforo, ¡No Pues!, ya empezaron a fregar, por que en Lima las normas no se hacen para procurar hacer más habitable la ciudad ¡No!, las normas se hacen para fregarme el día, por que ahora voy a tener que esperar como un “Gil” que cambie la luz para poder cruzar, por que ahora si van a poner multas a los peatones (permítanme la carcajada).

Pero, ¿que pasa en las avenidas muy transitadas?, pues lo que sucede allí podría compararse perfectamente con cualquier campo de batalla en el pacífico norte durante la segunda guerra, en donde “mis paisanos” con una verdadera vocación de “Kamikaze” se arrojan entre los autos quienes sin el menor miramiento continúan su marcha, los unos tratando de llegar a la vereda del frente, los otros avanzando con el pie en el acelerador cual si fueran en pista libre (¿no es eso realmente suicida?), pero me pregunto por qué el apuro, pues si hemos salido tarde rumbo a nuestro destino que más da esperar los dos minutos que demora el semáforo en ponerse en verde, insisto si ya salí tarde por el simple hecho de zurrarme en cuanto semáforo encuentre no voy a llegar temprano a donde sea que este yendo.

Ahora bien, que pasa si trasladamos este caótico escenario no a una simple avenida congestionada como puede ser la insufrible avenida Abancay, o la no menos espantosa avenida Wilson u otras tantas (ustedes elijan), esta vez la escena se recrea en la panamericana, con autos yendo a más de 70 Km./h, y por consiguiente sin tiempo de frenar cuando algún cristiano se cruza por donde mejor le parece, siendo esto generalmente a unos pocos metros del puente que tanto pidieron los vecinos (cartulinas en mano para la cámara) cuando atropellaron a fulanito la semana pasada, mismos vecinos que hoy ni miran el puente que tanto jodieron por que les pongan. Lo curioso del caso es que muchas veces “mis paisanos” prefieren esperar alrededor de 10 minutos en la orilla de la carretera, esperando que no pasen “tantos” vehículos para poder pasar al otro lado, cuando utilizando el puente que tienen a 5 metros lo podrían hacer en cuando mucho 5 minutos (con paradita para la vista panorámica incluida).

Dicho esto, me pregunto si no estoy siendo injusto con la memoria de los verdaderos “Kamikaze”, estos bravos y corajudos soldados que (ideologías aparte) lo único que hacían era defender los intereses de su imperio, contra lo que ellos consideraban una injusticia, eran soldados valientes dispuestos a dar la vida por su nación y por más que podamos o no cuestionar las formas, eran considerados por sus conciudadanos como héroes, lo cual a todas luces no es el caso de “mis paisanos”, estos no son más que una sarta de cojudos a quienes las normas les llegan al fondo de los bolsillos, normas que irónicamente están hechas para protegerlos, pero ¿como proteger a alguien de su propia estupidez?.

Lo dejo a su criterio...

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Mis paisanos y el Metropolitano

Comienzo, mis queridos y muy escasos lectores confesando que yo era uno de los más críticos respecto al sistema del metropolitano, insistía en que no iba a funcionar, que era imposible llegar desde Comas hasta Chorrillos en una hora, que iba a ser un fastidio (por decir lo menos) lidiar con los ladrones que se iban a subir aprovechando las horas punta con los buses llenos, en que no iba a solucionar en nada el tema del transporte, básicamente yo era de los que afirmaba que el metropolitano no iba a representar diferencia alguna para los maltratados usuarios del caótico "sistema de transportes" que tenemos en Lima.

Hecha esta aclaración reconozco que estaba en parte equivocado, ¿en que parte?, en la que se refiere al sistema en si mismo, principalmente en lo relacionado al tiempo, no se demora una hora de Comas a Chorrillos, se demora 55 minutos, hasta ahora no he sido testigo de un sólo robo en los buses, en general se podría decir que es un sistema bastante ordenado, pero (siempre hay un pero) una vez más queda en evidencia que son "mis paisanos" los desordenados, son ellos los que no funcionan.

A diario, chicos con chalecos amarillos piden, suplican, imploran casi hasta las lágrimas a los usuarios que "NO CORRAN" dentro de la estación, por supuesto que sin el menor resultado por que al parecer ni siquiera  los escuchan, están "apurados", yo digo, si bien es cierto que el bus demora menos de una hora en hacer el recorrido completo, al parecer "la gente" no considera que también hay un tiempo de espera para abordar el bus que no baja de 10 minutos en horas punta, sin contar el trayecto que demora la combi en llegar desde la comodidad de sus casas hasta las estaciones del metropolitano, producto de estos apuros y estos amontonamientos la semana pasada observé dentro de la estación central una ambulancia y al lado unos paramédicos que al parecer brindaban los primeros auxilios a una persona que sin temor a equivocarme sospecho cayó por la puerta de acceso a la vía del bus.

Otra característica que particularmente me fascina del dichoso bus en cuestión es que no ponen música, es decir no tienes que soportar luego de un estresante día de trabajo los alaridos del chicherito de moda o del regguetonero con mas "flow" en la estridente radio con sonido a lata de la combi; así como tampoco (por efectos del mismo sistema) encontramos a un insufrible y majadero sujeto en el estribo del bus, gritando a voz en cuello el trayecto o pidiendo a las potenciales víctimas de una asalto o un infarto (lo que llegue primero) que hagan sitio en donde no hay a punta de el famoso: "apeguese", o exhortando a literalmente saltar del bus aún en movimiento por que ellos vienen en "correteo" a la voz de "pie derecho" o "sea breve", o el no menos usado "habla vas" cuando quieren que subas aún cuando no has intentado siquiera detenerlos.

Pero toda esta maravilla queda de lado cuando uno de "mis paisanos" sin el menor sentido del respeto por los demás viajeros lleva su radio, mp3, iPhone, ipod o lo que sea a todo volumen ignorando los pedidos de apagar el aparato ese, o por ejemplo cuando algún sujeto usa el nextel (que tanto odio) en la modalidad de speaker, como si a todos los que estamos alrededor nos importara su conversación; eso sin mencionar la poco salubre costumbre de "mis paisanos" de "comer" (si es que al desagradable rito que representa el triturar con la boca abierta lo que caiga en ella se le puede llamar comer) que deviene en la costumbre menos saludable aún de arrojar las envolturas, botellas o recipientes en los que venían los alimentos, lo cual hacen por supuesto al piso del bus o por la ventana en algunos casos (mientras le dicen a sus hijos que hay que cuidar el bus y no ensuciarlo).

Dicho esto, he llegado a la triste conclusión que poco o nada van a poder hacer las autoridades de turno para darnos un sistema de transporte digno, ordenado y acorde con la "modernidad", ya que gracias a "mis paisanos" ninguno de estos sistemas va a funcionar hasta que no cambien sus malas costumbres, convertidas hace ya mucho tiempo en malos hábitos y que irremediablemente transmitirán a la siguiente generación, y así por los siglos de los siglos.

Lo dejo a su criterio...

martes, 9 de noviembre de 2010

El sueño del "Pirata"

Una vez más mis paisanos "la hicieron", piratearon a nuestro nobel, y como si no fuera suficiente con piratearlo, para variar lo hicieron mal; bueno de qué otra forma podría ser una copia pirata, pues de pésima calidad, eso está claro.

Pero, exquisiteces y aspectos legales a parte conversando justo ayer con una buena amiga, nos preguntábamos si en realidad encontraría mercado o público objetivo este mamotreto que debe ser la versión pirata, ya que según lo veo, en un país como el nuestro en donde cada día se lee menos y somos muy pocos quienes mantenemos ese feo vicio de leer; ni siquiera leemos los anuncios, avisos, advertencias o señalizaciones que nos harían la vida más fácil, mucho menos aún leeríamos un libro de un señor que postuló a la presidencia y el chinito le ganó (pero ese es otro tema) y que hace poquito "le dieron un premio que dicen es importante".

Considerando además que los "lectores" que se están formando gracias a facebook, twetter y demás yerbas, son lectores de un párrafo, dos a lo sumo y dense por bien servidos si llegasen a comprender la mitad de lo que leen.

Se me hace dificil imaginarme (y tengo una muy buena imaginación) a los que a diario compran su trome, ajá, y cuanto diario chicha sale para ver las fotos de las malcriadas o enterarse de lo último que dijo el "maquillador de moda", o "la chismosa de la tele", leyendo El sueño del Celta, La casa Verde, La tía Julia y el Escribidor, o cualquier otra de las tantas novelas con las que MVLL nos ha deleitado.

Además; escuché también que el precio de la versión pirata oscila entre 14 y 40 soles, siendo que el precio del original está entre los 65 y 69 soles, no se justifica acercarse donde un tipo en plena av. Javier Prado y comprar al vuelo una falsificación de un libro que por unos cuantos soles más puedo comprar original con la seguridad que me da una librería formal.

Para terminar creo necesario recordar frases trilladas como "lo barato sales caro" o " te dieron gato por liebre" por que en esta ocasión se justifican perfectamente ya que la calidad de la copia es realmente mala, haciendo que cualquiera que se atreva a comprar ese bodrio se arrepienta de inmediato de la falta de criterio; quedando lejos de como el vivo que se ahorró unos soles y "saco la vuelta", como el gran cojudo que pagó por basura.

Lo dejo a su criterio...

lunes, 8 de noviembre de 2010

Felicidades... pero ya era hora no?

Con ocasión del gran acontecimiento que representa el embarazo de mi esposa, y toda la felicidad que la próxima llegada de un bebé a nuestras vidas traerá, no puedo evitar hacerme una pregunta: ¿por qué razón muchas personas luego de las felicitaciones de rigor, anexaban el poco atinado comentario de "ya era hora" o "por fin"?, ¿es que acaso uno no se puede casar sin que ello irremediablemente lleve a la pareja en cuestión a tener hijos?; no me mal interpreten, nuestro bebé ha sido y es el más esperado y amado, pero hay parejas que ya sea por desición propia o por que simplemente las circunstancias así lo determinaron no tienen hijos.

El punto es el siguiente, por qué quienes no pueden o simplemente no quieren tener hijos deben estar sometidos a la constante e inquisidora pregunta de ¿cuando van a encargar?, ¿cuando vienen los niños? y todas las variantes bien intencionadas o sarcásticas ocurrencias de la gente que no comprende y no tolera que alguien pueda decidir vivir junto a una persona toda una vida (o hasta que la otra los separe) y no querer tener hijos.

Conozco amigos que me han dicho que este planeta ya está sobre poblado y lo suficientemente jodido para traer niños a sufrir en él (idea que obviamente no comparto, pero respeto), y por lo tanto no pretenden engendrar si es que llegan a casarse, así como también están quienes a pesar de haberlo intentado innumerables veces no lo han podido hacer y tienen que resignarse a vivir "solos" o tener la alternativa (muy loable si me permiten) de adoptar a una criatura que no tuvo la suerte de llegar a un hogar que le pudiera dar el amor que todo niño necesita.

Durante el casi año y medio de casados, hemos tenido que sonreír cojudamente y desviar la conversación cuando familiares, amigos, conocidos y gente que simplemente se mete en lo que no le importa, preguntaba ¿y para cuando?, sonreía por no mandarlos a la mierda con un sonoro "a ti que carajos te importa", "ya veremos para cuando", pensaba, por último insisto, ¿es acaso una necesidad que una pareja tenga hijos para ser considerada una "familia"?, se puede acaso decir con autoridad que quienes no tienen hijos están "solos", ¿no se tienen acaso el uno al otro?.

Dicho esto, una vez más doy gracias a Dios por la bendición que para nosotros (mi esposa y yo) representa la llegada de nuestro bebé, y pido disculpas a todos aquellos a los que en algún momento de cojudes infinita pregunté... ¿Y para cuándo?.

Episodio 1, la aventura del nuevo blogg

Estimados (palabreja con la que solemos iniciar un mail dirijido a alguien que por lo general no estimamos, muy "polite" el asunto), este es el primer post de alguien que, a diferencia de mis colegas psicólogos, no gusta y no suele escribir más que lo estrictamente necesario, prefiero leer lo que otros escriben, es más interesante y menos estresante, en fin, pues comenzaré por el principio, para guardar las formalidades.

Este blogg surge por la necesidad de descargarme de mis aventuras diarias al recorrer mi querida ciudad natal y darme cuenta que realmente, tenemos una ciudad hermosa, lástima que las "personas" que lo habitan no lo vean así; es nuestra idiosincracia, aunque detesto la idea de incluirme en el paquete, confieso que en ocasiones he sido complice de la filosofía de "pepe el vivo" ante la posibilidad de quedar como un perfecto cojudo por dejarme "pisar" por la criollada de mis paisanos.

Por otro lado, este blogg no es y por supuesto no pretende ser un espacio de debate académico, intelectual o científico ni mucho menos, a diferencia de los bloggs que colegas y amigos con mucha más expertise y creatividad que este "blogger"; es sólo como ya lo dije, para hacer mi catarsis y tratar de no convertirme en protagonista de "un día de furia en Lima".

He de confesar que por estos días la felicidad a tocado a mi puerta, ya que mi esposa de casi un año y medio (y amiga de muchos más) está embarazada, un nuevo miembro en mi familia está por venir lo que ha hecho que esté más feliz que perro con dos colas, quizá en parte esa es una motivación para empezar esta aventura, la idea de que algún día mi bb (aún no sabemos si es varón o mujer) pueda leer estas líneas y sepa como era la Lima en  la que fué concebido, nacerá y tendrá al igual que sus padres que tratar de sobrevivir.

Felicidad aparte, apelo a la "indulgencia" de los lectores, por "los horrores", las faltas ortográficas o de concordancia gramatical, producto de mi pésima coordinación para escribir con más de dos dedos en el teclado o por mi ignorancia, que pudieran encontrar en este espacio, aunque al igual que en la televisión basura de la que somos víctimas (eso si en HD), tenemos la opción de simplemente obviar la lectura, si consideramos que no está a la altura de nuestro intelecto o por último el contenido del mismo "les llega altamente", osea, me da igual.

Para finalizar este primer episodio, no realizaré una presentación detallada de mi vida (autobiografía que le llaman) ya que quienes me conocen no la necesitarán, y quienes no, dudo mucho que les interese.

Bueno bueno, ha sido un placer casi orgásmico, pero me retiro.