lunes, 29 de noviembre de 2010

Esa irrefrenable necesidad de cagar donde se come.

En cada recorrido que hago por Lima, encuentro que sin hacer distinción alguna entre hombres o mujeres, grandes o chicos, pitucos o misios (pongan la etiqueta que quieran), existe un gran desprecio por la ciudad y por ellos mismos, basta ver como se convierten en letrinas al paso postes, árboles, la parte de atrás de un auto y cuanto lugar se preste para el desahogo sin importar si el lugar elegido para la hazaña está al lado de un colegio o el arbolito en cuestión está en medio de la más transitada de las avenidas, todo lugar es válido para descargar el exceso de líquido que llevamos.

Otra “maravillosa” costumbre que “mis paisanos” tienen y practican con ferviente devoción es tirar las envolturas, cáscaras, pepas, bolsitas o recipientes de lo que sea que su apetito y su bolsillo les permitan graciosamente tragar mientras van caminando o en algún vehículo, aún cuando van en el metropolitano en donde (como TODOS saben) está prohibido comer o beber. Resulta francamente indignante como sin el menor reparo arrojan lo que sea que tenga a la mano a la calle sin darse cuenta de que es la ciudad donde viven la que están dejando cada vez más asquerosa.

Recuerdo que en una oportunidad intenté hacerle ver a uno de “mis  paisanos” que había botado una bolsa gigantesca de los chisitos que acababa de terminar, dejándole las manos (y por consiguiente el pantalón) grasosas y amarillentas, que no podía arrojar basura en la calle diciéndole: “esteee, amigo, se te ha caído tu bolsita”, vano intento, el sujeto este ni me entendió, miró la bolsa que había botado busco a los lados algo que se le pudiera haber caído cuando tiró la bolsa y dijo: “no yo la boté”; terco intenté hacerle ver que me refería a la bolsa que acababa de arrojar y por todo respuesta obtuve un: “no hay tacho pe, onde lo voabotar” (traducción: en donde lo voy a botar), cuando empezaba a intentar una explicación de que el hecho de que no hubiera en donde arrojar la basura no lo faculta a dejar la calle como relleno sanitario, mi esposa con mucho más tino me hizo saber que estaba como decía mi abuela “gastando pólvora en gallinazo”, el tipo simplemente no entendía que no se debe arrojar basura en donde nos apunte la nariz.

Así como el sujeto de la bolsa de chisitos, hay cientos, miles que por alguna razón no ven esta ciudad como suya, no asimilan la idea de que están viviendo en una ciudad que cada día está peor por culpa de ellos, y sin embargo se pasan la vida echándole la culpa de todos sus problemas a los gobernantes de turno (mismos que ellos eligen por que se pintan un número en una enorme y aguada parte de su anatomía o por que se disfrazan de algún superhéroe), es siempre culpa del alcalde que la ciudad esté como esté, son los funcionarios corruptos que tienen la culpa de todo.

Mi profesión mi impulsa a elaborar algunas hipótesis del porqué del comportamiento de “mis paisanos”, hipótesis que van desde el cuestionamiento de los niveles de educación, pasando por la pérdida total de valores cívicos, hasta la que trata de explicar este despelote por el crecimiento explosivo que ha tenido Lima en los últimos 20 o 30 años, e incluso hasta una combinación de teorías; lo que no me termino de explicar es como alguien se puede acostumbrar a vivir en medio de la mierda sin siquiera hacer una mueca de asco, dicen que el ser humano es una animal de costumbre, pero también es cierto que algunos se acostumbran a ser animales.

A veces me pregunto como serán las casas de “mis paisanos” que todos los días tiran basura y orinan en donde se les ocurre, harán los mismo en las salas de sus casas, cuando están en la cama y tienen la necesidad de cagar y el baño está ocupado lo hacen allí nomás, tiran la basura dentro de los cuartos, en el piso de la cocina; esa idea me deja por demás intrigado y asqueado.

Soy optimista y creo que esto algún día cambiará, de lo que no estoy muy seguro es de cómo, ya que los hijos de “mis paisanos” crecen viendo este comportamiento como natural y definitivamente lo repetirán, así que la tarea es dura; por otro lado hay quienes dicen que esto ya no tiene arreglo y lo único que queda es jalar la cadena…

Lo dejo a su criterio…

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