miércoles, 10 de noviembre de 2010

Mis paisanos y el Metropolitano

Comienzo, mis queridos y muy escasos lectores confesando que yo era uno de los más críticos respecto al sistema del metropolitano, insistía en que no iba a funcionar, que era imposible llegar desde Comas hasta Chorrillos en una hora, que iba a ser un fastidio (por decir lo menos) lidiar con los ladrones que se iban a subir aprovechando las horas punta con los buses llenos, en que no iba a solucionar en nada el tema del transporte, básicamente yo era de los que afirmaba que el metropolitano no iba a representar diferencia alguna para los maltratados usuarios del caótico "sistema de transportes" que tenemos en Lima.

Hecha esta aclaración reconozco que estaba en parte equivocado, ¿en que parte?, en la que se refiere al sistema en si mismo, principalmente en lo relacionado al tiempo, no se demora una hora de Comas a Chorrillos, se demora 55 minutos, hasta ahora no he sido testigo de un sólo robo en los buses, en general se podría decir que es un sistema bastante ordenado, pero (siempre hay un pero) una vez más queda en evidencia que son "mis paisanos" los desordenados, son ellos los que no funcionan.

A diario, chicos con chalecos amarillos piden, suplican, imploran casi hasta las lágrimas a los usuarios que "NO CORRAN" dentro de la estación, por supuesto que sin el menor resultado por que al parecer ni siquiera  los escuchan, están "apurados", yo digo, si bien es cierto que el bus demora menos de una hora en hacer el recorrido completo, al parecer "la gente" no considera que también hay un tiempo de espera para abordar el bus que no baja de 10 minutos en horas punta, sin contar el trayecto que demora la combi en llegar desde la comodidad de sus casas hasta las estaciones del metropolitano, producto de estos apuros y estos amontonamientos la semana pasada observé dentro de la estación central una ambulancia y al lado unos paramédicos que al parecer brindaban los primeros auxilios a una persona que sin temor a equivocarme sospecho cayó por la puerta de acceso a la vía del bus.

Otra característica que particularmente me fascina del dichoso bus en cuestión es que no ponen música, es decir no tienes que soportar luego de un estresante día de trabajo los alaridos del chicherito de moda o del regguetonero con mas "flow" en la estridente radio con sonido a lata de la combi; así como tampoco (por efectos del mismo sistema) encontramos a un insufrible y majadero sujeto en el estribo del bus, gritando a voz en cuello el trayecto o pidiendo a las potenciales víctimas de una asalto o un infarto (lo que llegue primero) que hagan sitio en donde no hay a punta de el famoso: "apeguese", o exhortando a literalmente saltar del bus aún en movimiento por que ellos vienen en "correteo" a la voz de "pie derecho" o "sea breve", o el no menos usado "habla vas" cuando quieren que subas aún cuando no has intentado siquiera detenerlos.

Pero toda esta maravilla queda de lado cuando uno de "mis paisanos" sin el menor sentido del respeto por los demás viajeros lleva su radio, mp3, iPhone, ipod o lo que sea a todo volumen ignorando los pedidos de apagar el aparato ese, o por ejemplo cuando algún sujeto usa el nextel (que tanto odio) en la modalidad de speaker, como si a todos los que estamos alrededor nos importara su conversación; eso sin mencionar la poco salubre costumbre de "mis paisanos" de "comer" (si es que al desagradable rito que representa el triturar con la boca abierta lo que caiga en ella se le puede llamar comer) que deviene en la costumbre menos saludable aún de arrojar las envolturas, botellas o recipientes en los que venían los alimentos, lo cual hacen por supuesto al piso del bus o por la ventana en algunos casos (mientras le dicen a sus hijos que hay que cuidar el bus y no ensuciarlo).

Dicho esto, he llegado a la triste conclusión que poco o nada van a poder hacer las autoridades de turno para darnos un sistema de transporte digno, ordenado y acorde con la "modernidad", ya que gracias a "mis paisanos" ninguno de estos sistemas va a funcionar hasta que no cambien sus malas costumbres, convertidas hace ya mucho tiempo en malos hábitos y que irremediablemente transmitirán a la siguiente generación, y así por los siglos de los siglos.

Lo dejo a su criterio...

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