domingo, 13 de enero de 2013

Si realmente les importa... no se metan!!!


Durante toda mi vida he tratado de no meterme en la vida de los demás sin invitación, es decir si alguien me pedía un consejo trataba de ser lo más honesto posible y le daba mi opinión, había otra situaciones en las que alguien muy cercano y apreciado estaba en alguna dificultad o tenía alguna preocupación, entonces trataba primero de ponerme en sus zapatos y ver la situación desde su perspectiva antes de abrir la boca como un “sabiondo todopoderoso” que cree que siempre tiene la respuesta a los problemas de los demás; en función a ello quiero pensar también que quien me considere lo suficiente como para decirme la estás cagando tendrá el coraje de mirarme a los ojos y decírmelo, eso es gratificante, pero hasta allí llega mi intervención, si nadie me pide mi opinión pues mantengo la boca cerrada al margen de si me parece bien o mal lo que esta persona esté haciendo o dejando de hacer.

Sin embargo, no entiendo ese instinto mórbido que empuja a la gente a meterse donde nadie los llamó, esas ganas de joder opinando en base a lo que ellos creen o piensan, aplicando un “molde de conducta” a todos por igual, sin preguntar, sin saber, sin siquiera interesarles como la otra persona se pudiera estar sintiendo, o peor aún, las consecuencia que su intromisión puede generar, como (y sólo es un ejemplo) cuando alguien mete su “bocota” para opinar sobre la forma de educar a los hijos ajenos, o cuando alguien sin la menor autoridad no puede mantener el pico cerrado ante la profesión escogida por algún (de seguro ya bastante confundido) adolescente, o como cuando alguien no resiste la también muy impropia oportunidad de meterse en la vida sentimental de los demás, creyéndose con el derecho de decidir con cual fulano o fulana debe salir perico de los palotes, ya sea porque “le conviene”, “es un buen partido”, “de qué familia vendrá?” y toda una fila de necedades que no vienen al caso y por último el o la directamente involucrados en el tema evaluará en su debido momento o no, pero que al fin y al cabo empieza y termina siendo únicamente su problema y absolutamente de nadie más.

Alguna vez en una conversación con algunas personas muy cercanas, por poco y se inicia una discusión sobre la “idoneidad” de "fulanito" de tal para “sultanita”, afortunadamente este amago de discusión se vio abruptamente interrumpido por un sonoro y contundente “que con su pan se lo coma” de una persona que ha demostrado a lo largo de los años ser coherente y tener un criterio muy amplio y equilibrado, además de no tener pelos en la lengua para mandar a la mierda a los demás, motivo por el que (además de sus muchas cualidades) es muy querido por este humilde servidor.

Esta frase mandó a callar a todos y cambió el tema de conversación en el acto, haciendo que más de uno se sintiera extremadamente cojudo por querer meterse en una relación de pareja y todo lo que además esto trae consigo.

A partir de ese evento, cuando he estado a punto de sucumbir ante esa necesidad mórbida de meterme en la vida de los demás (nadie es perfecto pues) recuerdo la frase “que con su pan se lo coma” y mi lengua automáticamente se entumece imposibilitada para moverse y mi boca queda prácticamente sellada para impedir a toda costa que alguna estupidez colosal con respecto a la vida de alguien (que además nunca me pidió mi opinión) se escape me haga quedar como un perfecto imbécil.

Todo esto tiene un trasfondo que va más allá del simple respeto por los demás, tengo motivos más fuertes que me empujan a mantenerme callado, como quien dice “no es amor al chancho si no al chicharrón”, el fondo de todo esto es que me llega al fondo de los bolsillos que se metan en mi vida y quieran opinar sobre lo que debo o no hacer, salvo muy raras excepciones y me refiero a personas que sé que me conocen y me quieren bien no obstante a que dos de ellos me conocen relativamente “poco tiempo”, los demás pueden depositar sus opiniones en donde no les dé el sol cuando de mi relación de pareja se trate.

Espero así dejar las cosas claras y cerradas con respecto a este tema y si alguien en particular se siente ofendido o le choca esto, quiero decirle de todo corazón que me importa un carajo y están en la total libertad de no volverme a dirigir la palabra, los que por el contrario no se ofendan y entiendan (y hasta compartan) mi punto de vista,  sean bienvenidos.

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